miércoles, 30 de diciembre de 2009

Yahoraque?



Pues después de pensarme mucho el camino a seguir, después de pensar por bastante tiempo cual sería la opción correcta y que señal sería la que me he de saltar, la decisión está tomada y esta vez sin retorno.
La Caraviñeta cierra definitivamente sus puertas.
Tras ellas, dejo amigos que me han traído las ondas y espero seguir manteniendo un contacto, con ellos, tan vivo como hasta ahora.

Esto no es algo nuevo, no. Ya lo intenté en su momento sin éxito, pues es difícil despegarse de algo que gusta y que te recompensa con impagables muestras de afecto. En esta ocasión, no habrá marcha atrás (una de las señales también lo prohíbe)
Las razones no dejan de ser las mismas o parecidas a las de aquella vez, el tiempo que cada vez parece asfixiarme más y un nuevo proyecto, del que ya comenté algo, que me dejará irremediablemente sin el poco aire que aún me queda.

Esta decisión esta más meditada que la otra vez, y no voy a dejar del todo lo de los blogs. Muy al contrario, tengo pensado abrir otro, con otro nombre distinto y que solo se parecerá a este en la forma de elaborar los comentarios de las obras que me apetezca, por una u otra cuestión, reseñar. Pero será un blog más pausado, solo de reseñas, con entradas más distantes, sin ninguna imposición.
Por allí os espero si os parece bien, ya os diré donde.

Que nos queda de La Caraviñeta?
Pues las dos entradas de Bois Maury prometidas en la sección Localización y Escenarios.
Una visita, la de S e b a s (alguna más si la gente que está invitada tiene a medias la suya)
La resolución del Sorteo de un ejemplar de El Ojo del Diablo (en el que todavía estáis a tiempo de participar siguiendo este enlace)
y eso será todo.

Para finalizar, permitirme que me mire algo el ombligo.
Creo que en este tiempo, modestamente, ha habido entradas buenas (al menos bastante trabajadas) Entre mis preferidas, y aparte de vuestras visitas, está la de La Metáfora Gráfica, Beautiful Day, o cualquiera de Localización y Escenarios, cada una por distintas razones. (Tampoco quiero obviar de esta lista, no por buenas si no por importantes para mi, la que les he dedicado a mis pequeñajos- 1 y 2 - o las de la sección la secuencia, en la que he conseguido - o al menos intentado - en varias ocasiones desnudarme con la palabra.)

Un abrazo a todos.

Felices Fiestas! de parte de Seguí



Seguí también nos felicita las fiestas.
Muchas gracias, igualmente, que el próximo año sea tan bueno como este (al menos).
Y que nos regale un poco de Caos o de Niebla.
Feliz año, Seguí.

Felices Fiestas! de parte de Gabor



Gabor nos felicita las fiestas y el nuevo año con esta bonita postal.
Muchas gracias Gabor, lo mismo para ti y que el próximo año podamos ver por aquí algún Patricio.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Sorteo. El Ojo del Diablo. (Recuerdo)

Ya sabéis que estamos sorteando un ejemplar de El Ojo del Diablo de Tirso, Antunes y Montes, aquí en La Caraviñeta.
Para participar, seguir este enlace.



Un saludo.

Felices Fiestas! de parte de Ui Ar de Japis.



Los amigos de la estupenda Web, Ui Ar de Japis, también aprovechan para felicitarnos las fiestas.
Lo mejor para vosotros también, amigos!

Un saludo.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Sorteo. El Ojo del Diablo.


Ya se habían dormido todos en casa y yo, como siempre el último, estaba preparándome para ello.
De repente, escuché un ruido en el comedor. Rápidamente fui hacia allí, con cierto temor de que alguna de las perritas hubiese roto un jarrón o cualquier otra cosa del salón de casa de los padres de mi mujer. Cuando llegué me quedé pasmado.
Un tipo gordo, vestido de rojo y con una larga barba blanca estaba a los pies de la chimenea, levantándose como podía, y sususrrando una especie de maldiciones en algún idioma incomprensible.
Después de las presentaciones pertinentes, y de echarle en cara el scalextric que siempre le había pedido de niño y nunca me había traido, sacó de su bolsa un tebeo y me lo dió con estas palabras:
-He leído de vez en cuando tu blog, me apasionan los tebeos, y la gente que por allí pasa y comenta se merece un regalo. espero que este presente les llegue a alguno de ellos de mi parte.
Estupendo - dije - Haré una especie de sorteo.
Abrí el sobre y lo que vi me gustó. - Coño, el Ojo del Diablo de mi amigo Tirso. Y además con un pequeño dibujo suyo. - logré decir, casi mudo por las circustancias.
Si - contestó el Sr. Noel - En vista que los de Planeta van a tardar en sacar su "Mansión de los susurros" me pareció un título bastante acertado.
Cogí el comic, nos despedimos con un efusivo abrazo, y aquí estoy para hacer el sorteo tal y como le prometí al Sr. Santa.





Así pues los que queráis participar y llevaros el comic de Tirso, Antunes y Montes por la geta, ya sabéis, mandarme un email a lacaravinieta@gmail.com, con la respuesta a esta facilita pregunta:

Cuales son los títulos de las obras que se han publicado en Francia de Tirso Cons.
Entre todas las respuestas, haré un sorteo y el 7 de Enero daré el resultado.
Los gastos de envío, también corren por cuenta de La Caraviñeta.

Un abrazo y una vez más:
Felices Fiestas.

Felices Fiestas! de parte de Álvaro Pons.



Álvaro Pons, también aprovecha para felicitarnos las fiestas desde su Carcel de Papel.

Gracias profe, Felices fiestas y feliz año para ti también.

Felices Fiestas! de parte de Trazos en el Bloc.



Los amigos de Trazos en el Bloc también nos desean felices fiestas con esta pedazo de ilustración del "trazero" Gonzalo Vázquez.

Igualmente os deseo, amigos.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Felices fiestas!!

Iba yo hoy a hacer una entrada que tengo casi preparada, de esas de muchas imágenes.
Lamentablemente mi cuerpo ha dicho: NO.
Toda la tarde (bueno, lo poco que me queda de ella tras la jornada laboral) me la he pasado durmiendo o en otras peores circustancias, por culpa de una pequeña, y maldita, gastroenteritis que se ha empeñado en fastidiarme las fiestas.
Así pues, es buen momento este para hacer un parón en la marcha del blog, desearos que paséis unas fantásticas fiestas, y una estupenda salida y entrada de año, rodeados de vuestros seres queridos e invitaros a que nos volvamos a leer ya el año que viene. (para el que ya tengo en mente algunas entradas que espero sean de vuestro agrado)

Muchas y Felices Fiestas!!

Imagen extraida de la serie de comics Thorgal de Van Hamme y Rosinski.


Un abrazo.

Felices Fiestas! de parte de S e b a s.

S e b a s, amigo bloguero de La Caraviñeta, nos felicita las fiestas con una postal que se puede ver aquí o en su blog La Estantería de mi Casa.



Igualmente te deseo, amigo.
Felices fiestas!!

lunes, 21 de diciembre de 2009

La Visita: Jose Luis Povo.

Me apetecía hablar un poco de la línea clara.
Así pues, me puse en contacto con el amigo Jose Luis Povo, creador de Mis Comics y Más, el que es, posiblemente, el blog donde más, y mejor, información podemos obtener de esta forma de entender la historieta.



Jose Luis, amigo desde hace un tiempo de La Caraviñeta, no dudó ni un instante en hacernos una Visita y vino, como era de suponer, cargado hasta los dientes de tebeos.
De todos los que traía, algunos totalmente desconocidos para el que esto escribe, me llamó la atención uno en concreto, sus páginas no eran aún más que bocetos a lápiz. ¿Qué es esto? - pregunté asombrado- ¿Acaso posees algún original de uno de estos autores?. No, no, que va! - exclamó Jose Luis - Es un comic en el que me encuentro trabajando en estos momentos, ¿Acaso no has visto en mi blog mis antiguas historietas?.

Así, hablamos de la fantástica pinta que tenía su proyecto y también, y como es lógico, de la línea clara, donde dejó muestras de lo mucho que sabe al respecto.

Tras la Estela de Hergé.




El 3 de marzo de 1983, un día como cualquier otro, llegué al colegio (contaba entonces 15 años) y mi amigo Ángel llegó poco después exclamando:”ha palmado Hergé!”.A esas alturas había leído varias veces a cada uno de los 22 álbumes de Tintín. Llevaba 8 años, desde que salió Tintín y los Pícaros, fijándome en las estanterías de El Corte Inglés para ver si aparecía ese nuevo álbum en el que se decía que el maestro estaba trabajando. Ante la ausencia de nuevos libros de Tintín, llevaba algún tiempo preguntándome si existían otras series parecidas en las que poderme refugiar bajo el conocido lema” a falta de pan buenas son tortas”.

Inicié entonces un camino de baldosas amarillas que voy a tratar de contar lo mejor que pueda para compartirlo con los lectores de La Caraviñeta, respondiendo a la amable invitación del amigo Angux.
Con motivo de la muerte de Hergé se publicó el CAIRO ESPECIAL HERGÉ, revista excepcional que a muchos nos permitió, entre otras cosas, saber algo más sobre otros dibujantes afines a Hergé. A través de dos artículos, firmados por Ignacio Molina y Ramón de España respectivamente, pude acercarme, por un lado, a la obra de los colaboradores de Hergé (Edgar P.Jacobs, Bob de Moor y Jacques Martin) y, por otro, a los autores que en los años ochenta recogían el testigo de Hergé de una u otra forma, y que pertenecían a lo que ha dado en llamarse “Escuela de la Línea clara”. A lo largo de este artículo me referiré varias veces a este CAIRO, que para mí fue el hito de salida del camino por la estela de Hergé, y voy a ir dando mi visión personal de los comics y autores que allí se citaban, siguiendo así un hilo conductor del que quedan fuera, lo sé, otros autores, también influenciados por Hergé, como Tibet, Vandersteen, Craenhals, etc. , sobre los que os invito, si tenéis interés, a conocer un poco a través de mi blog mis comics y más.

Precisamente pocos meses antes de ese 3 de marzo había descubierto a Blake y Mortimer, de Edgar P. Jacobs, a través de “El misterio de la gran pirámide”, serie que acababa de empezar a publicarse, por primera vez en España, por Grijalbo. Aunque ignoraba que su autor, Edgar P. Jacobs, había sido colaborador de Hergé, me llamó la atención la similitud entre su estilo de dibujo y el de Tintín. Me abalancé sobre Blake y Mortimer con esa idea de encontrar algo parecido a Tintín, pero en seguida me di cuenta de que ambos universos eran muy diferentes.



Gráficamente, Jacobs va abandonando poco a poco la línea clara de “El misterio de la Gran pirámide” y su dibujo se va haciendo más realista, sin perder ese tono teatral que para mí es uno de los rasgos que más le caracterizan. Lo que más eché de menos en sus aventuras fueron los gags y en general el sentido del humor que envuelve a las historias de Tintín. Eso no quita para que con el tiempo me fuera haciendo con toda la colección y me fuera dejando envolver por esa combinación de misterio, ciencia ficción y flema británica que caracterizan los álbumes de estos héroes. Las diferencias entre Hergé y Jacobs, y la dimensión misma de la
obra de este último, me parecen suficientes para no considerarle un seguidor o discípulo de Hergé, sino un clásico en sí mismo.



Siguiendo con los colaboradores de Hergé, el que a priori parece que ofrece al lector de Tintin más posibilidades de disfrute es Bob de Moor, por la similitud que presenta (insisto, a priori) su personaje Barelli con Tintín. La similitud es tanto gráfica como en la temática de las historias. El dibujo de las historietas de Barelli recuerda muchísimo, sobre todo en los últimos a álbumes, al de Tintín. No en vano De Moor fue durante los últimos años de vida de la serie Tintín, la mano derecha de Hergé, y a su plumilla debemos el 100% de álbumes como Tintín y los pícaros o el remake de La Isla Negra. Barelli es un actor de teatro dado a meterse en follones, que de vez en cuando utiliza fuera del escenario su habilidad para caracterizarse, cuando le conviene para salir con bien de los enfrentamientos con villanos de la peor especie en los que se ve envuelto.



Ante este atractivo planteamiento, me puse a leer con ilusión la primera aventura de Barelli y me encontré con que, si Tintín se lee de un tirón, Barelli me resultaba tan aburrido que me costaba trabajo terminar el álbum. Primera pista de que algo muy especial debe tener Tintín para que el más cercano colaborador de Hergé no consiga acercarse ni de lejos al resultado de su maestro. Después he conocido sus otras obras Johan et Stephan (aquí Oscar y Julián), que me han dejado también bastante frío, y Cori el Grumete. Ésta última, curiosamente en la que De Moor más se aleja de Tintín, me parece su obra más lograda. Aunque aquí se ve a De Moor algo incómodo en el dibujo de los personajes, las historias tienen más intensidad y mantienen mejor el interés.



El siguiente paso era abalanzarme sobre las principales obras del otro gran discípulo de Hergé, Jacques Martin: el galorromano Alix y el periodista Lefranc. Cuál no sería mi sorpresa al ver que se trataba de comics muy serios, que se me antojaban muy diferentes a Tintín, tanto por el mayor realismo del dibujo como por el carácter dramático de las historias. Si en Blake y Mortimer casi no había humor, aquí sí que estaba ausente por completo.
En una segunda visita, años después, a los comics de Jacques Martin, ya sin la obsesión de buscar ese clon de Tintín que a mis quince años había buscado desesperadamente, los he apreciado mucho más. Alix es una serie muy sólida, con un gran cuidado por el detalle y la verosimilitud histórica, con un dibujo riguroso y de gran calidad. Los personajes son más realistas que en Tintín, y eso es coherente con el hecho de que las historias que se cuentan también tienen carácter más serio. Respecto al dibujo de los fondos (paisajes, ciudades, etc.), si los miramos con detenimiento, nos daremos cuenta de su parecido con los de la etapa de Tintín “El asunto Tornasol” o “Stock de Coque” y se evidencia que fue Martin quien se ocupó de dibujar los fondos de estos álbumes de Tintín. Hace poco he sabido que algunos gags geniales que aparecen en Tintín en esa época, como el famoso del esparadrapo de “El asunto Tornasol”, se deben a Martin. Parece ser que se su capacidad para el humor la reservaba para su trabajo con Hergé. Las aventuras del periodista Guy Lefranc, la otra gran serie de Martin, también me han proporcionado momentos de disfrute, una vez que entré al trapo en su mundo de amenazas globales y armas absolutas. Se trata de una serie que por su temática y tono, encuentro más cercana a Blake y Mortimer que a Tintín.



Podríamos decir que Martin se fue de los estudios Hergé no para hacer “más de lo mismo” en solitario, sino para hacer cosas muy diferentes, y de hecho después ha ido creando su propia escuela, hoy plenamente viva y en activo, al igual que el maestro, y que ha dado vida a un buen número de otras series (Jehn, Orion, Keos, Arno y Löis).

Como decía antes, el otro mundo que se abrió ante mí gracias a aquel CAIRO ESPECIAL HERGE fue el de los historietistas de línea clara que en esa época estaban firmando obras en las que, de un modo más o menos explícito, se percibía la influencia de Hergé: Ted Benoit, Floc´h, Yves Chaland, Dick Briel y Tardi. Aunque reconozco que agrupar a los artistas en corrientes o escuelas suele ser útil, no soy demasiado amigo de las etiquetas, y de hecho creo que en una lista de sólo cinco dibujantes, como la que acabo de poner, se encuentra gente con rasgos muy distintos. En el caso de Benoit y Briel, el parecido con Tintín es más evidente. Floc’h y Chaland y aúnan, como veremos, otras influencias, consiguiendo un resultado más personal. Y en el caso de Tardi, más todavía, con lo cual deliberadamente dejo su obra, fascinante y única, fuera del alcance de este artículo.

Benoit, responsable de haber dado base teórica a la línea clara en su libro “Vers la ligne Claire”, consideró en un momento dado de su carrera que había dado con un estilo, heredero directo del de Hergé, que se ajustaba perfectamente a las historias que quería contar, y que ese iba a ser a partir de entonces su lenguaje gráfico. Abandonó pues el trazo underground de obras suyas anteriores como Hospital para entregarse a la estética hergeiana. Y a fe que el resultado resulta atractivo. Al acercarnos a su obra Berceuse Electrique, (a la que por cierto dejaba como un trapo Ramón de España en el artículo de Cairo), vemos cómo se crea ante nuestros ojos toda una ciudad imaginaria, Metrópolis, que se desarrolla en el futuro pero con la estética de las urbes americanas de los años cincuenta. Coches, ropa, diseño, arquitectura, etc., nos trasladan a esa épica mítica, y estéticamente el resultado está logradísimo. El empleo del blanco y negro contribuye también a evocar el cine negro norteamericano de aquella época. A pesar de ser en blanco y negro, no carga con sombras las páginas, si no que utiliza la escala de grises (Podemos hablar de un dibujo en blanco, negro y gris). La única pega es que las páginas resultan un poco plomizas, quizá les habría hecho falta algo más de blanco.



El argumento de esta nana eléctrica, inverosímil y rebuscado, es una de las causas del vapuleo que le propinó el amigo Ramón de España. Sin embargo, yo le veo su gracia y me recuerda por momentos al cine de Hitchcock, o las novelas de Raymond Chandler, en las que se van concatenando escenas y situaciones que te van intrigando y a las que no encuentras en principio ninguna explicación. La falta de “pies y cabeza” de la historia, que criticaba De España, me parece un rasgo intencionado por parte de Benoit, que está en la base de todo.



Así pues, en nuestro camino siguiendo la estela de Hergé, creo que Benoit es una escala obligada y la mejor muestra de que integrar influencias suele dar resultados interesantes; en este caso, se plasman en una sola obra la pasión de Benoit por el cine americano clásico con la estética tintinesca, y ambas cosas casan bien.

Algo parecido podemos decir de Floc’h y Rivière cuyo personaje Francis Albany llenaba la portada del nº 1 de CAIRO. Joan Navarro quiso estrenar su revista con “Dossier Harding”, una intriga policíaca al estilo de Agatha Christie, segunda entrega de su trilogía inglesa. Más tarde nos ofreció la primera, “Cita en Sevenoaks”. Pero sin duda eligió Dossier Harding para empezar porque en ella el estilo de dibujo de Floc’h estaba más depurado. Recuerda a Tintín, pero los personajes tienen unas proporciones algo más realistas, como en Jacobs. Los rostros también son menos esquemáticos que en Tintin, pero conservando el lenguaje de línea clara, sin sombras ni excesivo detalle en los rasgos. Esta estética le va bien al ambiente de intriga amable, de novela policíaca británica, de las historias escrita por Rivière. En el modo de dibujar a las mujeres, podemos decir que Floc´h parte de cero si se fija en Hergé y Jacobs, pues en la obra de éstos estaban casi ausentes. Aquí se trata de mujeres bellas y elegantes que nada tienen que ver, por ejemplo, con la Castafiore. Y he de decir que consigue unos personajes atractivos y elegantes.



En la parte que le toca a Rivière, el guión, podemos decir que su pretensión está lejana de querer construir una historia que se parezca a las de Tintín. La influencia del maestro está presente, sí, pero de forma sutil, pues ni las historias que se cuentan ni los recursos narrativos nos remiten al maestro de forma explícita o literal.
Un ejemplo más de integración de influencias con un resultado afortunado.



Otro de los autores que por aquella época homenajeaba abiertamente a Hergé era Yves Chaland, a través de su personaje Freddy Lombard. Podemos decir que es un caso aparte en la lista, pues se basa en Hergé, pero también en Franquin y Tillieux, y todo ello aportando un trazo personalísimo que tuvo una importante influencia en autores posteriores y que guarda, por cierto, bastante parecido con el de su contemporáneo Serge Clerc.



Esta línea moderna tuvo un eco importante en la de los dibujantes de la escuela valenciana y otros autores que mostraron sus obras en las páginas de CAIRO. Desgraciadamente, Chaland murió prematuramente, pero le dio tiempo a dejarnos, aparte de unas pocas historietas de Freddy Lombard, las de otros personajes como Bob Fish, Adolphus Claar y el joven Albert. Para mí es un buen ejemplo de autor que homenajea a los clásicos con intención de trascenderlos con un impulso moderno, y emprendió un camino que podría haberle llevado más lejos aún de no haber muerto tan joven.



Y nos queda hablar del holandés Dick Briel, autor de las aventuras del profesor Palmón, (por emplear el nombre con el que lo conocí en CAIRO; originalmente se llama Palmboom, en Juventud se tradujo como Palmera y en los países francófonos como La Palme). Palmón es un científico de mediana edad dado a meterse en líos a la primera de cambio; su aspecto poco atlético, unido a su condición de científico y su arrojo a la hora de pasar a la acción, hacen que recuerde un poco al profesor Mortimer.



Su partenaire, Thomas Dibbet, es un joven cuya única pretensión parece ser no complicarse la vida, lo cual contrasta con el carácter entrometido de su jefe. Parece curioso que, a pesar de ello, permanezca siempre fielmente al lado de su jefe. De vez en cuando, expresa tímidamente su disgusto por protagonizar situaciones en las que, sin comerlo ni beberlo, corre peligro su integridad física. Dibbet recuerda físicamente a Tintín; su rostro ovalado le hace parecer Tintín disfrazado con unas gafas y una peluca. De las series que hemos mencionado, la de Palmón es la que reúne más elementos hergeianos: un científico sin escrúpulos (Philpotts), una isla misteriosa, un arma de destrucción masiva, o una expedición a un país remoto con consecuencias inesperadas para sus miembros. Todo ello con un dibujo que recuerda mucho al de Hergé, si bien los personajes son menos cabezones que los del maestro, lo que les da un aspecto más real. Briel sitúa a los personajes en una época cercana a “las siete bolas de cristal” o “El asunto tornasol”.



Dicho esto, cabe preguntarse: ¿por qué Ramón de España en el mencionado artículo ponía a caldo a Briel? Le acusaba de servilismo, de copiar al maestro sin reinterpretarlo ni aportar nada nuevo. Bueno. A mí no me parece suficiente para descalificar una obra tan trabajada, y gráficamente tan conseguida. Pero lo que sí me pasa es que al terminar de leer una historieta de Briel me queda como una sensación de vacío. Aun habiéndola disfrutado, es como si echara algo a faltar. Me asalta la idea de que Tintín sólo hay uno, de que cuanto más nos aproximemos a su estilo, a los elementos que Hergé empleaba, en el guión y en el dibujo, más nos daremos cuenta de que en Tintín había algo más, algo intangible, que es lo que lo ha hecho tan grande.

Felices Fiestas! de parte de Corominas.



Estaba yo envidiando malsanamente a los compañeros de otros blogs que recibían felicitaciones de autores y amigos en forma de dibujo cuando... el bueno de Enrique Corominas nos manda, a todos nosotros, este pedazo de felicitación.

En su blog, también felicita las fiestas, de igual manera, a todos sus lectores y amigos.

Feliz año para ti también Sr. Corominas.
Que el año que viene, podamos disfrutar del tan esperado Dorian Gray.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Thorgal # 31 El Escudo de Thor.



Guión: Yves Sente
Dibujo: Grzegorz Rosinski
Editorial. Norma Editorial. Serie en Curso.

Si en la anterior entrada de esta sección hablábamos de la serie El Escorpión y comentábamos la pérdida de interés que suscita, número a número, por culpa de un flojo guión. En el caso de la serie protagonista de hoy deberiamos hablar en términos completamente distintos.
Y es que el cambio de guionista, ha pesar de los miedos iniciales, lejos de matar la serie, la ha rejuvenecido con las nuevas ideas que este aporta, pero sin salirse de la idea con la que Van Hamme ya nos mostraba a Thorgal y más concretamente a Jolan (quien ha ganado el protagonismo de la obra en los últimos números) en una de las series más longevas del comic europeo.
Rosinski, por su parte, sigue dejandonos sus fantásticas viñetas y mostrándonos su constante evolución hacia un dibujo más pictórico.

Información Proporcionada por la Editorial:
Prosigue la educación del joven Jolan, hijo de Thorgal Aegirsson, a manos del gran mago Manthor. Después de superar las pruebas de selección que les impuso el gran mago rojo, ha llegado el momento de cumplir la misión para la que han sido elegidos: conseguir el escudo de Thor en 3 días.

Y para saber más y mejor, aquí os dejo unas reseñas de:
PAblo en El Lector Impaciente.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Lecturas: Durango #2 (Del 4 al 6 de la edición original)

Edición Original: Durango Nº 4 a 6
Fecha de edición: diciembre de 2009
Guión y Dibujo: Yves Swolfs
Formato: Libro cartoné, 146 págs.
Editorial: Planeta DeAgostini.



Mucho mejor.
Durango nos sigue ofreciendo dosis de acción y emoción a raudales y, además, he de decir que estos tres nuevos números que nos presenta Planeta mejoran en gran medida los tres que nos presentaron en el anterior tomo (del que ya hablé en una entrada, un tanto despistada, por aquí)
Y mejoran gracias a un guión más sólido, posiblemente gracias a que Swolfs toma la acertada decisión de hacer una historia más larga y así poder construir mejores personajes secundarios que se unirán a Durango durante los tres números que engloban este tomo.



El guión, mucho más trabajado, se une al dibujo que nos tiene acostumbrados el belga, del que ya pudimos disfrutar en el anterior número de la serie o en otros trabajos como El Príncipe de la Noche donde nos contaba una historia de vampiros clásica y de la que también hablamos en su momento por aquí.



Un dibujo realista, lleno de detalles, que se suma a unas acertadas composiciones de páginas y una estupenda forma de sobreexponer viñetas, que otorgan a la lectura el ritmo trepidante que esta exige dado los muchos momentos en los que la acción se apodera de ella, para hacer de este tomo una lectura más que aconsejable a pesar de la reducción a la que Planeta ha condenado a esta obra.



En este número, que abarca los tres álbumes conocidos como El Ciclo de Amos, asistimos a ver como Durango llega a Nuevo México huyendo de los cazarrecompensas que, atraídos por la suculenta suma que el gobierno estadounidense promete a quien entregue al pistolero vivo o muerto, no cesaran en ningún momento en el intento de darle caza. Uno de estos será Logan, despiadado, frío e inteligente cazarrecompensas, a quien el autor ha reservado el dudoso honor de convertirse en el antagonista de Durango durante estos tres números.
Igualmente el autor se reserva un Alter ego mexicano de Durango, al que conoceremos con el nombre de Amos Rodríguez, especie de guerrillero a favor de los más pobres campesinos de la región, sin duda, recogiendo el testigo más romántico de Emiliano Zapata. A Amos le acompañan el forzudo y leal Ortega y el mezquino Larenza quien, ya desde un principio, deja muestras de no ser trigo limpio.



Otro de los personajes que nos presenta Swolfs en este tomo es el europeo de enigmático pasado Maximilien von Ruhenberg, a quien el autor aprovecha para dejar alguna pincelada histórica hablándonos de Karl Marx
Así, descubrimos un cartel de personajes secundarios bastante trabajados que aunque algo estereotipados, como era de recibo en los tebeos de aquella, ayudan a hacer de este tomo una lectura muy entretenida y que a pesar de estar aún por debajo de los mejores números de Blueberry o Comanche, se ha acercado a ellos de una manera muy meritoria.



Por lo tanto, si tenéis pensado compraros uno de los dos tomos que hasta ahora ha editado Planeta, no os lo penséis, que sea este sin duda.

Ideas y recursos que me apetece destacar de la obra:

Una de las viñeta preferidas de Swolfs. El sol nos impide ver al pistolero que protagoniza la viñeta.
Varios ejemplos.


El autor nos muestra una larga batalla en 1/4 de página.


Otro ejemplo de la sobreexposición de viñetas de la que hablábamos en esta entrada.


Durango ve la muerte muy cerca. Otro ejemplo de metáfora gráfica.


Karl Marx viaja al lejano oeste en la voz de Maximilien.


Del día a la noche. Del naranja al azul.


Maximilien von Ruhenberg, nos cuenta parte de su enigmático pasado. Curiosamente tiene por apellido en nombre del pueblo donde vive el vampiro protagonista de El Príncipe de la Noche. ¿Tenía ya la idea Swolfs para esta otra serie? o ¿se trata solo de una coincidencia?


Maximilien recuerda su pasado.


Un saludo.

domingo, 13 de diciembre de 2009

La Visita: Robur.

Hoy nos visita un nuevo amigo, aquí, en La Caraviñeta.
Robur es uno de últimos amigos que ha empezado a dejar sus acertados comentarios en este blog. Cosa que siempre es de agradecer y más cuando de ellos siempre puedes aprender algo.



Robur no tiene blog, como tantos otros amigos que nos visitan, pero siempre se pueden leer sus comentarios aquí o en otros blogs, creo recordar alguno en Tangencias o en el igualmente imprescindible Lector Impaciente. Aparte, de una forma bimestral, podemos leer sus artículos en la revista Inzona Magazine, bajo el seudónimo de Soiyo N. y que desde aquí os aconsejo el seguimiento de estos.

Con una cervecita de por medio, hablamos de lo mal que se nos da a los dos la lengua gala ( y lo que lo lamentamos), de comics (lógicamente) y de una serie muy longeva en Francia y que aquí no ha tenido una edición correcta (como tantas otras, ha sido publicada por varias editoriales dejándola finalmente en la estacada): Los Casacas Azules.

Antes de que el malsano hábito por el coleccionismo compulsivo se agarrapate en el cerebro de cualquier lector de tebeos, solemos pasar por una fase de relaciones abiertas. Es la etapa en la que los tebeos llegaban a tus manos más por regalos, préstamos y los incentivos paternales a la lectura que por el escaso presupuesto, estresado por los gastos fijos en chucherías y maquinitas, y en la que se hacía difícil seguir series. La infidelidad no era solo por razones económicas sino porque la edición, y sobre todo, distribución de comics en nuestro país siempre hay tenido unas cualidades francamente aleatorias. Todos conocemos varias series de buenos tebeos franco-belgas que nunca fueron publicados en España, pero mucho peor son las series con las que nos tentaron publicando un álbum cada dos o cinco años, que luego desaparecían sin saberse bien si es que la serie había sido cancelada, si tu provincia caía en las negras o las rojas de la ruleta de reparto del distribuidor o si los franceses no habían sacado más números. Años mas tarde, un día, en una librería de segunda mano o una de esas tiendas de pueblo donde los fondos de los 70 siguen amarilleando imperturbables en una esquina del fondo, descubres un álbum de esa colección, y tras comprarlo averiguas que sólo salieron tres números más, por cinco editoriales diferentes, y ahora son únicamente encontrables, a precio de ipod, en una pagina web de coleccionismo, mientras que en Francia la colección va por el número 178.



En mi caso una de esas colecciones que siempre me ha martirizado es Los Casacas Azules (Les tuniques bleus). Entre las colecciones completas de Tintines y Asterix que nos compraban mis padres había también un estante de números sueltos de Oumpah-pah, Alix, El visir Iznogoud, Yakari, Spirou, Lucky Luke y otros, entre los cuales había un número de Los Casacas Azules. El tebeo me gustaba mucho y trate inútilmente de conseguir más. Con la edición de Grijalbo me reencontré con la serie y he tratado de ir rastreando los que me faltan, y aunque nunca he tenido todos los números publicados en España los he podido leer gracias a préstamos. De Los Casacas Azules se publicaron en nuestro país once álbumes.



La Editorial Novaro sacó dos a finales de los 70 bajo el título Los guerreras azules.
-Un carro en el Oeste
-Del Norte al Sur

Y luego Grijalbo en los 90 editó los otros nueve ya como Los Casacas Azules:
-Héroes a la fuerza
-Sin Ley
- Los desertores
-La prisión de Robertsonville
-Los azules en la marina
-Los jinetes del cielo
-La gran patrulla
-Reclutas y veteranos
-Los azules en blanco y negro



Todos esos números corresponden a los primeros once álbumes de la edición francesa, publicados allí en los 70. En Francia la serie continúa con gran éxito, saliendo este año el número 53 Sang bleu chez les Bleus (Sangre azul en los Azules).
La serie la creó Louis Salverius, con los guiones de Raoul Cauvin, para aparecer en la revista Spirou (alguna de esas tiras se llegó a publicar en la revista Guai! de Grijalbo). Mi francés no me permite confirmar esto, pero al parecer la serie pudo ser un encargo para sustituir a Lucky Luke que se había movido de Dupuis y Spirou a Dargaud y Pilote. El concepto de los tebeos reúne muchas de las características de la BD clásica y del propio Lucky Luke: un tebeo de línea clara, de aventuras con toque cómico aunque empezó justo al revés, y situado en uno de los territorios favoritos del tebeo francés: el salvaje oeste. El estilo de dibujo es también clásico de la línea clara, con los personajes más caricaturizados que sus entornos que son más realistas. En los tomos de Novaro, y los recopilatorios como La gran patrulla, Salverius dibuja inicialmente a unos personajes más rechonchos y narizones, incluso con rasgos diferentes, en cuanto pasaron a producirse historias largas el dibujo cambió estilizando algo más a los personajes. Salverius murió en 1972, tras salir los primeros cuatro álbumes, y fue sustituido por Lambil (Willy Lambilotte) acentuándose el cambio hacia un dibujo más realista. Con Lambil los personajes tienen unas dimensiones más alargadas, casi proporcionadas, pero conservan las narizotas y caricaturización en el rostro. Las historias largas además, sin perder un aire cómico, empiezan a tratar temas más serios en cuanto los personajes se ven envueltos en la Guerra de Secesión americana y a contener un significativo trasfondo histórico. En estos 49 números dibujados por Lambil hay una progresión en el estilo tremenda, que sólo se puede intuir en los números publicados en España. Poco a poco Lambil consigue encontrar un punto medio entre la línea clara y un realismo más detallista, incluyendo sombreados y efectos de luz, sin perder las líneas simples, bastante singular. Las historias de Cauvin, por lo general con una estupenda documentación, saben mantener el punto entre comedia y aventura en su justa medida.




Los protagonistas de la serie son dos soldados de caballería del ejército de los Estados Unidos, el pelirrojo sargento Cornelius Chesterfiled y el cabo Blutch que forman una de esas parejas que arquetípicas del tebeo de aventuras francés. Lo curioso en esta serie es que Cauvin se sale de la dinámica del héroe como el straight man con un sidekick cómico, de los que tenemos grandísimos ejemplos en la BD como Haddock, Obelix, Pirluit o Kervin. En Los Casacas Azules es el personaje serio, el valentón bienintencionado pero algo simple sargento Chesterfield, el receptor de muchos de los gags de la serie. Chesterfield es el que mete a la pareja en problemas con sus sueños de gloria y su entusiasmo por cumplir órdenes, incluso las que no se le dan, o sus problemas amorosos. Por el contrario el bajito cabo Blutch, siempre dispuesto a desertar, es cínico e indolente y pone el punto antibelicista a la serie. La diferencia de las personalidades les lleva a chocar a menudo, manteniendo así la dinámica de la pareja en un tono de confrontación, pero entre los dos hay una de esas amistades profundas nacidas de la camaradería que se va cimentando durante la serie.



Es una pena que no se hayan publicado más números de Los Cascas Azules en España. Sin ser una serie magnífica o rompedora contiene todo lo que me atraía de los tebeos cuando era un crio y que aún me sigue atrayendo; es uno de esos tebeos para leer tumbado boca abajo en el suelo de tu cuarto mientras te imaginas como será la vida en el Oeste o a que saben los jabalíes esos que se zampa Obelix. Más aún me apena no saber francés para poder seguirla en su idioma original (merde, alors!), así que a veces, gracias a internet, hojeo alguno de los números franceses y fantaseo pensando que igual es una de esas series que se rescatan en integrales. Supongo que tengo más posibilidades de leerla entera si me pongo a aprender francés pero esto del comic en España es bastante aleatorio así que ¿quién sabe?



Los Casacas Azules. Algunas portadas de Spirou.


Una plancha de La gran patrulla, que aún siendo el número 9 recogía historietas sueltas muy anteriores, donde se puede notar la apariencia inicial de los protagonistas.


Plancha de Los desertores el primero de los tomos dibujado Lambil.


Esta plancha es del último número Sang bleu chez les Bleus (Sangre azul en los Azules).


Plancha en la que se puede apreciar el detalle que pone Lambil en muchas de las escenas panorámicas de combates con muchas figuras.