lunes, 29 de septiembre de 2008

Lecturas: Miss Endicott

Edición original: Miss Endicott Nº 1 y 2
Fecha de edición: septiembre de 2008
Guión: Jean-Christophe Derrien
Dibujo: Xavier Fourquemin
Tinta: Xavier Fourquemin
Color: Scarlett Smulkowski
Formato: Libro cartoné, 160 págs.
Editorial: Planeta DeAgostini.
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La joven Prudence Endicott ha regresado a Londres para asistir al entierro de su madre y sustituirla como Institutriz del pequeño Kevin de día y conciliadora de la ciudad de noche.

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Ser conciliadora no es tarea fácil. Su trabajo consiste en ser, algo así, como un juez de paz, que imparte justicia entre los ciudadanos arreglando los problemas que entre ellos pudiesen existir. Para ello en ocasiones, la aparentemente frágil institutriz, deberá hacer uso de la violencia ayudada por sus armas. Un paraguas y dos agujas de tejer.

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Para esta tarea, se ayuda de Wallace, secretario particular de su madre y desde que ocupó el cargo de conciliadora también de Prudence, y de dos raterillos de tres al cuarto. Darren Emerson y el ¿cerebro? en tal profesión Karl Hyde, que se ha enamorado perdidamente de nuestra protagonista.
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Todo parece marchar de maravilla, Kevin se presta estupendamente a ser educado por su nueva tutora y parece que Prudence se adapta muy bien al trabajo nocturno, a pesar de sus miedos de no sustituir adecuadamente a su madre (que en principio no muestra) y el cansancio que este ocasiona, y empieza a ganarse un respeto en la ciudad. Pero pronto todo esto cambiará.
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En una de sus misiones nocturnas descubrirá un mundo paralelo, oculto en el subsuelo, habitado por los Olvidados, personas que han sido apartadas de la sociedad por alguna malformación y que abajo, en su mundo, están construyendo las bases para una revolución contra las gentes que les han ninguneado, despreciado y apartado de la comunidad.

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Con un ritmo trepidante, humor en pequeñas dosis y con alguna sorpresa al final de la primea parte, los autores consiguen justamente lo que andaban buscando. El entretenimiento.
No hay más. No es un comic en el que vayas a pensar durante tiempo después de su lectura, pero desde luego pasarás un rato agradable mientras lo lees.

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En el comic sobresale el trabajo de Xavier Fourmequin a los lápices. Un dibujo tan original, como personal. Muy caricaturesco, con personajes de mentón sobresaliente y narices de largo tabique y donde es difícil apreciar una línea recta en sus casas, tejados o puentes. Sin duda alguna el plato fuerte de la obra.
El guión, se mantiene a flote, siendo un estupendo compañero de este, y no decae en ningún momento.

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Por tanto los autores firman un título, que si bien no es imprescindible, logran el objetivo final, que no es otro que el entretenimiento, sin que esta palabra devalúe el trabajo de Jean-Christophe Derrien al guión y Fourmequin al dibujo y las aventuras de nuestra Mary Poppins justiciera.

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La edición de Planeta en libro cartoné, me parece acertada, ya que el dibujo de Fourmequin no resulta muy afectado por la reducción de tamaño de las viñetas y nos permite leer los dos álbunes salidos en Francia, en un solo y económico tomo.

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Un saludo.


domingo, 28 de septiembre de 2008

Lecturas: Durango #1 (Del 1 al 3 de la edición original)

Edición Original: Durango Nº 1 a 3
Fecha de edición: septiembre de 2008
Guión y Dibujo: Yves Swolfs
Color: Stephan Swolfs
Formato: Libro cartoné, 144 págs.
Editorial: Planeta DeAgostini.
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Es muy difícil hacer un comentario de esta obra sin utilizar las odiosas comparaciones (en este caso más odiosas aún) con el Western europeo por antonomasia, Blueberry o con el otro “comic del oeste” que desde hace poco está siendo reeditado por la misma editorial que este, Comanche.
Es casi imposible hacer un comentario de esta obra sin mencionar el nombre de los autores de las otras obras antes citadas.
Pero, como me gusta el riesgo , voy a tratar de omitir en este comentario, otras obras europeas del mismo genero que gozan de más popularidad por motivos evidentes.
Durango es la apuesta personal de Yves Swolfs en el western. Personaje claramente inspirado en el Spaghetti Western en general y en el actor Clint Eastwood.
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En 1980, la editorial Des Archers , ofrecen a Swolfs la publicación del primer volumen de Durango, 10 años más tarde sería Dargaud, que se había hecho con los derechos de autor de la serie, quien continuaría con un octavo número. Más tarde, ya en 1990 Alpen seguiría con su publicación hasta el número 13. En abril de 2006 aparece en Francia el último álbum de Durango hasta la fecha, bajo el título Un pas vers l'enfer y esta vez de la mano de Soleil y con Thierry Girod, con un apellido tan parecido al del dibujante de Blueberry como influenciado está en su dibujo por este, como dibujante.

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Desde el primer álbum, y a modo de introducción, el autor nos presenta a Durango como una mezcla entre un bala perdida, pistolero que tuvo que huir de su pueblo natal al no ser bien visto por sus paisanos y familiares, y un Robin Hood del oeste. Durango se ha hecho un nombre como pistolero, es tan respetado por sus compañeros de profesión como temido por su certero disparo, dicen de él que jamás ha disparado de otra forma que no sea en legítima defensa y vaya donde vaya, siempre está dispuesto a ayudar a las personas más desfavorecidas contra cualquier banda de pistoleros sin escrúpulos. Es rudo, frío y no conoce la palabra temor.

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En la primera parte de esta nueva edición, que comprende los tres primeros números de la serie, titulada Los Perros Mueren en Invierno, Durango llega a White Valley, pueblo que le vio nacer. Su hermano le ha escrito una carta pidiéndole ayuda, los pequeños ganaderos de la región están siendo asesinados por los pistoleros de el senador Howlett, personaje de gran avaricia y maldad.

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En la segunda parte, La Fuerza de la Ira, Durango, ha encontrado la hospitalidad de un anciano que le ha cuidado y alimentado el tiempo que el pistolero ha estado herido. Aunque aún no está curado del todo, Durango se decide a abandonar los cuidados del viejo a tiempo que este, es asesinado por una banda de forajidos, por lo que decide quedarse a vengar a su anciano cuidador y salvar a la gente del pueblo de los crueles salteadores.

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En la tercera parte, Trampa para un Pistolero, y último álbum que incluye este integral, Durango llega a Silver Bridge, pueblo donde ha sido contratado por el señor Allen para que le proteja. No es bien recibido, unos cuantos hombres le están esperando en la estación del tren para darle muerte, cuando logra librarse de ellos y llega al pueblo, se entera de la muerte del que iba a ser su protegido. Durango decidirá quedarse y proteger a la viuda de Allen.
Al comienzo de este título, Durango se hará con el arma que le acompañará, desde aquí, en el resto de la serie la pistola automática Mauser C96.

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Es un comic entretenido, lleno de disparos y aventuras propias del western, pero no pidáis un Blueberry (Ups!!, lo siento) sus aventuras son más planas, el guión no está ni la mitad de trabajado que el de Charlierd (ups) y tanto los personajes “de reparto“, como el propio Durango están llenos de viejos clichés, estereotipados, sin aportar nada nuevo al género y fácilmente previsibles .
Aún así, es un comic tan ameno como un capítulo del Equipo A, sabes perfectamente por donde van los tiros, que va a suceder en las siguientes páginas, pero no por ello resulta menos entretenido.
El dibujo de Yves Swolfs , es bastante bueno, aunque las expresiones de los personajes en los planos cortos a veces puedan parecer que poco tienen que ver con la situación que nos describe, pero en este caso, la edición de Planeta en Libro cartoné, le hace poco favor al dibujo.

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Es curioso, pero lógico por la calidad de una y otra, ver como Planeta le da más valor a series como Comanche (Huy!!, perdón) con una edición increíblemente mejor, con un mejor formato, con extras que nos ayudan a comprender y valorar más la serie… Y esto, me lleva nuevamente al dilema del tamaño en los comics ¿Hubiese comprado y leído este comic en otro formato? ¿Uno más cuidado, como el de Comanche (Uss!!, lo volví a hacer) con otro tamaño, con más páginas y por ende menos económico? Probablemente no.
Y es sin duda una lástima, pues aunque no llega a la altura de otras series de su genero, me ha resultado una lectura de lo más agradable.

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Un saludo.

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PDT: Bueno, dije que lo intentaría, no que lo fuese a conseguir.


jueves, 25 de septiembre de 2008

Vidas de Tebeo: Emiliano Zapata

Emiliano Zapata Salazar - 1879-1919, el Caudillo del sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución Mexicana. Emiliano Zapata Salazar nació en San Miguel Anenecuilco, municipio de Ayala, en el estado de Morelos, el día 8 de agosto de 1879. Fue hijo de Gabriel Zapata y de Cleofas Salazar, y formó parte de una típica familia campesina.
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Su infancia se desarrolló a la par del latifundismo porfirista en Morelos. Realizó sus primeros estudios con el profesor Emilio Vera, quién había sido un viejo soldado juarista. Pronto trabajó como labrador y arriero. En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla, para discutir la forma de defender frente a los hacendados vecinos sus tierras del pueblo. Su rebeldía lo condenó a la leva: en 1908, Zapata quedó incorporado al 9°. Regimiento de Caballería, en Cuernavaca. Se dice que el pretexto que se usó para su incorporación al ejército fue el hecho de que había raptado a una jovencita, ya que Zapata era conocido por ser un hombre muy enamoradizo.
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La acusación la puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, joven con quien tiempo después Zapata tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Aguilar. En la fotografía en la que Zapata y Villa aparecen sentados en la silla presidencial, el niño más pequeño que se asoma es Nicolás. Despues el 20 de agosto de 1911 contrajo matrimonio con la señorita Josefa Espejo Sánchez conocida como “La Generala” originaria de Anenecuilco, hija de don Fidencio Espejo y Guadalupe Sánchez Merino con quien procreo dos hijos mas. El primero tuvo por nombre Felipe; éste nació en el cerro El Jilguero y murió a la edad de cinco años en uno de los tantos refugios que como familia tuvieron. Su muerte fue trágica ya que no fue fácil evadir los peligros del monte y menos aún para un pequeño a quien el juego se apetece en cualquier lugar. Felipe fue mordido por una víbora de cascabel y su salvación resultó prácticamente imposible. La segunda hija fue Josefa; ella nació el Tlaltizapán y su suerte no fue distinta a la de su hermano: su muerte resultó por la picadura de alacrán, su vida culminó un año antes que la de Felipe; de esta forma Josefa quedó sin hijos en poco tiempo. Sin embargo, Zapata tuvo más hijos, y de ellos a la fecha viven dos: Ana María Zapata, hija de Petra P. Torres, y Diego Zapata, hijo de María Jorge Piñeiro. Emiliano Zapata es asignado como caballerango de Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz, y más tarde, en el mismo puesto, al mando de Ignacio de la Torre, yerno de Díaz, quién le tomaría especial afecto por su destreza con los caballos.
En septiembre de 1909 Emiliano Zapata fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar los documentos que acreditaban los derechos de los pueblos a sus tierras y se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al candidato de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón.
En el mes de mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que eran protegidas por el jefe de policía José A. Vivanco y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del gobierno, pues fue declarado bandolero. Después de haber recuperado las tierras, las dejó en posesión de todos los campesinos de aquel lugar. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en ese mismo lugar, es decir, en Villa de Ayala, con objeto de discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala.

A finales de ese mismo año, Pablo Torres Burgos fue enviado a Estados Unidos por Emiliano Zapata para que se pudiera entrevistar con Francisco I. Madero. El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar las armas por Emiliano Zapata y otros 72 campesinos y con Juan Moreno, Rafael Moreno, Maurilio Mejia y José Vergara. Esto lo hicieron el día 10 de marzo de 1911, cuando proclamaron el Plan de San Luis. Se dirigió hacia el sur, pues ya era perseguido por Aureliano Blanquet y su batallón de soldados. En este período del movimiento zapatista sobresalen las batallas de Chinameca, Jojutla, Jonacatepec, Tlayecac y Tlaquiltenango, así como la muerte del zapatista y antiguo líder del movimiento suriano, Pablo Torres Burgos, que incluso precedió al mismo Emiliano. A la muerte del mismo, Emiliano Zapata es elegido, por la junta revolucionaria del sur en 1911, nuevo jefe revolucionario-maderista del sur. Las reivindicaciones zapatistas, que suponían una reforma agraria radical (La tierra es de quien la trabaja) fueron inaceptables para los sucesores de Porfirio Díaz. Lo mismo se puede decir de Francisco León de la Barra quien, haciendo uso de su facultad de presidente, encabezó diversos enfrentamientos políticos y armados con el jefe suriano, e incluso del mismo Francisco I. Madero.

Zapata se negó a desarmar a sus tropas, según lo acordado por los Tratados de Ciudad Juárez, sin que antes se realizara el reparto de las haciendas del Estado. Esto dio lugar a que Francisco León de la Barra, presidente interno, lo considerara bandido y rebelde, mandando fuerzas a perseguirlo. Mil hombres bajo el mando de los generales Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet fueron enviados a combatirlo. Para agosto del citado año de 1911, Francisco I. Madero quedó de entrevistarse con Emiliano Zapata en Yautepec para buscar una solución pacífica en el conflicto suriano, con el fin de convencerlo de que licenciara sus tropas, al tiempo que Zapata era fuertemente criticado por la prensa conservadora del país. En la reunión no se logró ningún acuerdo, dicho por Madero, pues el mismo estaba convencido de que no podía acordar el previo reparto agrario. El gobierno federal reiteró su decisión de imponer el orden por la violencia, y Zapata se desplegó con sus tropas a los límites entre Guerrero y Puebla, escondiéndose del gobierno y generando emboscadas a pequeños contingentes federales. Cabe destacar que durante ese lapso Zapata se casó formalmente con Josefa Espejo (su única mujer legítima, ya que durante la Revolución tuvo infinidad de mujeres; su secretario particular comenta que tuvo alrededor de 22, quizá mas). El padrino de la boda fue el propio Francisco I. Madero.
El 25 de noviembre de 1911 Zapata lanzó el Plan de Ayala, redactado por Otilio E. Montaño, documento que se convertiría en su estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En él se exigía la redención de los indígenas y la repartición de los latifundios otorgados durante el porfiriato. Se desconocía a Francisco I. Madero como presidente y se reconocía a Pascual Orozco como jefe legítimo de la Revolución Mexicana. Además, el documento postulaba que, en vista de que no se había cumplido con lo que se le había prometido al campesinado, la lucha armada era el único medio para obtener justicia.
Durante 1912, Emiliano Zapata combatió al Ejército Federal que, al mando de los generales Arnoldo Casso López, Juvencio Robles y Felipe Ángeles, buscaba la pacificación en los estados del sur. Los zapatistas buscaron defenderse y lo hicieron "brutalmente", según la versión del Ejército Federal: en las narraciones de los ataques zapatistas son comunes las referencias a asaltos, incendios, violaciones, etcétera. Lo cierto es que dichas narraciones eran alteradas para justificar los desastres cometidos por los miembros del Ejército Federal. En ese año sobresalen los ataques a Tepalcingo, Yautepec, Cuautla y Cuernavaca, aunque debe afirmarse que en ese entonces el movimiento zapatista era muy débil, tanto en el ámbito político como en la rama militar, sobre todo cuando la campaña del gobierno maderista contra los sublevados surianos quedó a cargo del general Felipe Ángeles. Por sus métodos civilizados y tolerantes, le restaban bases al zapatismo, pues Ángeles simpatizaba con ellos.

Tras el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano Huerta, la lucha armada se exacerbó y Zapata fue uno de los jefes revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas en Morelos. Posteriormente, estas posturas lo opusieron al nuevo presidente (Venustiano Carranza). Una vez en el poder, Victoriano Huerta envió una comisión encabezada por el padre de Pascual Orozco, Pascual Orozco (Padre) a pactar la paz con Emiliano Zapata. Esto le facilitaría tener un frente menos de guerra en el país. Éste, que contaba ahora con el dominio de Morelos y parte del Estado de México, del estado de Guerrero, de Puebla y de Tlaxcala, se negó a pactar con aquellos a quienes él llamó “asesinos de Madero”. Fusiló al emisario de Huerta, envió una carta al general Félix Díaz, repudiando al gobierno de Huerta y, para el mes de mayo de ese mismo año, reformó su Plan de Ayala, declarando que Victoriano Huerta era indigno de la presidencia del país. A Pascual Orozco se le retiró el cargo de Jefe de la Revolución. Zapata quedó entonces como único jefe del Ejército Libertador del Sur. Sin embargo, es preciso consignar que el hecho de reconocer el Plan de Ayala implicaba el no reconocimiento del Plan de Guadalupe, convirtiendo a Zapata, a Francisco Villa, a Álvaro Obregón y a Pablo González Garza, todos ellos en encarnizadas batallas en el norte del país, en luchadores de una causa aislada.
En los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo, y ese mismo año su ejército constaba ya de 27,000 hombres, por lo que para abril ya había controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero. Poco después conquistó Cuernavaca y para junio se acercó a la Ciudad de México, ocupando Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, amagando a esta ciudad. Sin embargo, las fuerzas constitucionalistas les cerraron el paso, al ocupar la Ciudad de México antes que las propias zapatistas, las cuales se encontraban más cerca. En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera a conferenciar con Emiliano Zapata, pero nuevamente el caudillo suriano exigió la renuncia de Venustiano Carranza al Poder Ejecutivo, y el reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, como toda respuesta, abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza rechazó rotundamente sus peticiones, calificándolas de "inadecuadas".

En ese mismo mes, Emiliano Zapata, desde su cuartel general de Cuernavaca, promulgó la entrega de tierras a los pueblos. Invitado por varios delegados de la Convención de Aguascalientes, en la que los tres grupos más importantes que participaron en la Revolución Mexicana intentaron dirimir sus diferencias, Zapata no fue en persona al citado evento, pero envió a una comisión, integrada por Antonio Díaz Soto y Gama (quién protagonizo el Incidente de La Bandera), Leobardo Galván, Paulino Martínez, Manuel J. Santibáñez y Manuel Uriarte, quienes quedaron en calidad de observadores hasta que la Convención optó por desconocer a Venustiano Carranza. Así pues, Emiliano Zapata se unió con Francisco Villa y ambos reconocieron a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de México, no así el encabezado por Venustiano Carranza, lo que provocó la continuación de la guerra civil. A finales de noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur entraron en la Ciudad de México, alcanzando así fama nacional el movimiento zapatista como la otra cara de la moneda entre los campesinos surianos y los del norte. En su estancia en la capital, las tropas tuvieron una actitud más que pacífica: obtuvieron recursos mediante limosnas y evitaron los robos y asaltos de algunos bandidos que ensuciaban su nombre haciéndose llamar zapatistas. El 4 de diciembre de ese año Villa y Zapata tuvieron la célebre entrevista de Xochimilco, lográndose una alianza militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó en cambio el Plan de Ayala, a excepción de sus acusaciones a Francisco I. Madero, quién había sido su redentor y se obligó a dar armas a Zapata.
Concretados estos acuerdos, Emiliano Zapata partió rumbo a Amecameca y tomó Puebla el 17 de diciembre de 1914, aunque en los primeros días de enero la plaza le fue arrebatada por las fuerzas del general Álvaro Obregón. Éste habría de dedicar sus mayores esfuerzos para combatir al poderoso ejército villista, dando lugar a que durante 1915 Morelos fuera gobernado por los campesinos levantados en armas, asesorados por los intelectuales de la lucha suriana. En 1916, una vez que Venustiano Carranza se había instalado en la Ciudad de México y que Francisco Villa hubiera sufrido serias derrotas por parte del ejército de Álvaro Obregón, Carranza dispuso la ofensiva contra el zapatismo, al mando de Pablo González Garza. Con apoyo incluso de la aviación del ejército, Cuernavaca fue ocupada por los constitucionalistas en mayo y, aunque regresó efímeramente a manos de los zapatistas, quedó definitivamente en su poder el 8 de diciembre de ese mismo año. Ante la carencia de armas y ya sin el apoyo villista, en muy poco tiempo casi todas las poblaciones del estado quedaron en poder de los constitucionalistas. En 1917, Zapata, lanzando una contraofensiva, reconquistó Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tecala y Cuernavaca.
En marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió escuelas, creó instituciones para reiniciar la producción de alimentos del campo y continuó la guerrilla en zonas periféricas y de frontera. Sin embargo, en octubre del mismo año entró a Morelos el general Pablo González Garza, apoderándose del territorio. Para 1918, Emiliano Zapata era, al igual que Francisco Villa lo sería en 1920, un guerrillero con poco futuro, pues ante las constantes batallas y lo escaso de las municiones, la muerte de los cabecillas y la ley agraria de Carranza, que apaciguó la causa suriana, su movimiento, indudable manifestación del descontento campesino, no llegó a consolidarse como una verdadera organización político-militar. Siendo una rebelión de masas campesinas, se limitó a realizar su guerra de guerrillas a partir de 1918.

La guerra por parte del gobierno tomó perfiles despiadados. El gonzalista Jesús Guajardo le hizo creer a Zapata que estaba descontento con Carranza y que estaría dispuesto a unirse a él. Zapata le pidió pruebas y Guajardo se las dio. Acordaron reunirse en la Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919, pero Zapata murió preso de una emboscada. No pocos condenaron el procedimiento. Además, esto dio lugar a que, una vez muerto, Zapata se convirtiera en el Apóstol de la Revolución y símbolo de los campesinos desposeídos. El movimiento continuó, aunque en franco declive, y los zapatistas acordaron nombrar a Gilbardo Magaña Cerda jefe del Ejército Libertador del Sur. Él sería el último: casi un año después, los antiguos compañeros de Zapata se integrarían al gobierno aguaprietista, y uno a uno serían asesinados por el mismo gobierno mientras trabajaban para la misma institución.

Los seguidores de Emiliano Zapata reciben desde entonces el nombre genérico de zapatistas, aunque es muy importante hacer la distinción entre los zapatistas de tiempos de la Revolución Mexicana y los actuales zapatistas del sur de México.
Hace algún tiempo,se publicó un texto que cuestiona la versión oficial de la muerte de Zapata en la Hacienda de Chinameca. Hasta la fecha no ha habido una respuesta pública, con argumentos, ni siquiera de historiadores profesionales, que refute este cuestionamiento a la versión oficial. Sin embargo, ha provocado la molestia de quienes lo publicaron, porque les dicen que distorsionan la redacción de este punto, al parecer por la incapacidad de argumentar.
Zapata es el autor de la famosa frase «Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado». Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", ciertamente la popularizó (al lado de otras frases de Esquilo) en sus discursos durante la guerra civil española.



Sobre Emiliano Zapata, Pancho Villa y la Revolución mexicana, en Francia, Dargaud editó un total de 2 títulos de la mano de Charlier al guión y Victor De la Fuente al dibujo (que ahí es nada) y 4 títulos más, esta vez guionizado por Vidal.

Esta serie llevaba por título Les Gringos. Un total de 6 álbunes de los que os dejo las portadas y que no estaría mal, dada la fiebre por editar Western clásicos, que se editasen por aquí al ser posible en un par de integrales.

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En cuanto al nuevo (o ya no tanto) zapatismo moderno, lease el subcomandante Marcos y el EZLN, Astiberri editó en el 2004 un comic bajo título Los viajes de Juan sin tierra: La pipa de Marcos, de Javier de Isusi y que cuenta la historia de Vasco, y su estancia en "La Realidad" una aldea de Chiapas solidaria con el movimiento Zapatista.
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Un saludo.

martes, 23 de septiembre de 2008

Las Mil Una Maneras: Paisaje Otoñal

Los rojos, naranjas, marrones y demás colores cálidos, se encargan de recibir y dar la bienvenida al frío, mientras los árboles, se despojan de sus hojas para tal evento.
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Damos en La Caraviñeta la bienvenida al otoño y lo hacemos, con algunas imágenes que en viñetas, distintos autores han usado para ilustrar sus obras y evocan la estación que ahora comenzamos.
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Wild Bill ha Muerto de Hermann .
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Tras las Huellas de Drácula: Vlad el Empalador de Yves y Hermann

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Thorgal de Van Hamme y Rosinski

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Verano Indio de Pratt y Manara

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La Cosa Nostra de Chauvel y Le Saëc .

Núbilus de Fideu, Cifuentes y Ciro .

Pluma al Viento de Cothias y Juillard .

El Tercer Testamento de X. Dorison y A. Alice .

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Las Torres de Bois-Maury de Hermann
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Los Maestros Cerveceros de Van Hamme y Vallès.

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El Decálogo de Giroud y Behe
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Giacomo C de Dufaux y Griffo.

La Prórroga de Gibrat .

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Las 7 Vidas del Gavilán de Cothias y Juillard
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El Camino de América de Baru y Thevenet .

Los Combates Cotidianos de Larcenet .

Los Compañeros del Crepúsculo de Bourgeon .

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Manhattan Beach 1957 de Yves y Hermann .

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Belladona de Ange y A. Alary.

Blacksad, Artic Nation de Canales y Guarnido.

En Busca de Peter Pan de Cosey .

Un Poco de Humo Azul de Lapière y Pellejero .

La Posada del Fin del Mundo de Prugne y Oger.

Cruz del Sur de Durán y Alzate .

Un saludo.