En esta ocasión hablamos de Breccia, Sábato y el descenso a los infiernos:
Informe sobre ciegos
de
Ernesto Sábato y Alberto Breccia
(Barcelona, Ediciones B, 1993)
El escritor argentino Ernesto Sábato (1911) ha escrito únicamente tres novelas: El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, sorprendentes en su desarrollo y fundamentales en la historia de la literatura contemporánea. La segunda de ellas, Sobre héroes y tumbas, es una novela ambiciosa, compleja, que exige del lector máxima atención y una complicidad no exenta de cierto grado de incertidumbre. Al fin y al cabo, la estructura enmarañada de esta obra pretende ser el correlato del caos existencial del mundo representado. Sábato irrumpe con una pluralidad de voces narrativas que fragmentan el cuerpo textual como si de un espejo hecho añicos se tratara, un muestrario imperfecto de teselas que no encajan. En ese orden de cosas, Informe sobre ciegos, uno de los capítulos más extensos, es la parte de la novela donde el transcurso de la acción mantiene un proceso más accesible y uniforme, convirtiéndose así en un espacio diferente y claramente alternativo. Nos encontramos aquí con el relato sobrecogedor de un demente o perturbado que parece hallarse subyugado por una ostensible paranoia. Fernando Vidal Olmos, el protagonista de esta historia, está convencido de haberse topado con una misteriosa y diabólica conspiración promovida por la llamada Secta de los Ciegos. De forma paulatina pero irrefrenable, Vidal Olmos irá construyendo un mundo imaginario, terrorífico, plagado de sombras y laberintos, en el que hipotéticos peligros le acecharán en cada recoveco y encrucijada, en cada peldaño de su particular descenso a los infiernos.
Después de contactar con el magnífico escritor y guionista Héctor Germán Osterheld, el dibujante uruguayo Alberto Breccia (1919-1993) tomó nuevos rumbos en su obra gráfica y se internó con paso firme en la vía experimental. Considerado como uno de los autores más originales e innovadores en la historia del cómic, Breccia desarrolla buena parte de su obra mediante un pálpito trágico que suele oponer resistencia a la viveza del color y la claridad del trazo. En esta época, sus dibujos se hallan dominados casi siempre por la abstracción y la negrura, por el difumino y los relámpagos de contraste claroscuro. Mort Cinder, Los mitos de Chthulhu y Perramus hablan por sí solas, regidas brutalmente por un código de desolación y de espanto. Informe sobre ciegos pertenece a esta misma legión de crepúsculos. La vasta alegoría creada por Sábato tiene correspondencia fiel en los tenebrosos dibujos de Breccia, en la presunta esterilidad gráfica que redunda en una sensación abrumadora de soledad, de reclusión y escape hacia la nada, a través de las manchas contrahechas que atrapan al personaje y al lector en la propia textura de cada viñeta, en las propias intersecciones sin final. ¿Cuál es la causa de la locura? ¿Por qué sólo confiamos en la videncia ocular cuando existen otras formas de palpar los abismos de la realidad? Vidal Olmos se haya arrebatado en sus propias obsesiones que le llevan a un viaje iniciático de perpetuo delirio, de katábasis sin retorno. Y en los dibujos de Alberto Breccia no hay vislumbre alguna, no hay salvación posible, al contrario, la oscuridad y el arrobamiento se extienden con mayor énfasis en cada pliegue dislocado, en cada jirón de papel.
de
Ernesto Sábato y Alberto Breccia
(Barcelona, Ediciones B, 1993)
El escritor argentino Ernesto Sábato (1911) ha escrito únicamente tres novelas: El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, sorprendentes en su desarrollo y fundamentales en la historia de la literatura contemporánea. La segunda de ellas, Sobre héroes y tumbas, es una novela ambiciosa, compleja, que exige del lector máxima atención y una complicidad no exenta de cierto grado de incertidumbre. Al fin y al cabo, la estructura enmarañada de esta obra pretende ser el correlato del caos existencial del mundo representado. Sábato irrumpe con una pluralidad de voces narrativas que fragmentan el cuerpo textual como si de un espejo hecho añicos se tratara, un muestrario imperfecto de teselas que no encajan. En ese orden de cosas, Informe sobre ciegos, uno de los capítulos más extensos, es la parte de la novela donde el transcurso de la acción mantiene un proceso más accesible y uniforme, convirtiéndose así en un espacio diferente y claramente alternativo. Nos encontramos aquí con el relato sobrecogedor de un demente o perturbado que parece hallarse subyugado por una ostensible paranoia. Fernando Vidal Olmos, el protagonista de esta historia, está convencido de haberse topado con una misteriosa y diabólica conspiración promovida por la llamada Secta de los Ciegos. De forma paulatina pero irrefrenable, Vidal Olmos irá construyendo un mundo imaginario, terrorífico, plagado de sombras y laberintos, en el que hipotéticos peligros le acecharán en cada recoveco y encrucijada, en cada peldaño de su particular descenso a los infiernos.
Después de contactar con el magnífico escritor y guionista Héctor Germán Osterheld, el dibujante uruguayo Alberto Breccia (1919-1993) tomó nuevos rumbos en su obra gráfica y se internó con paso firme en la vía experimental. Considerado como uno de los autores más originales e innovadores en la historia del cómic, Breccia desarrolla buena parte de su obra mediante un pálpito trágico que suele oponer resistencia a la viveza del color y la claridad del trazo. En esta época, sus dibujos se hallan dominados casi siempre por la abstracción y la negrura, por el difumino y los relámpagos de contraste claroscuro. Mort Cinder, Los mitos de Chthulhu y Perramus hablan por sí solas, regidas brutalmente por un código de desolación y de espanto. Informe sobre ciegos pertenece a esta misma legión de crepúsculos. La vasta alegoría creada por Sábato tiene correspondencia fiel en los tenebrosos dibujos de Breccia, en la presunta esterilidad gráfica que redunda en una sensación abrumadora de soledad, de reclusión y escape hacia la nada, a través de las manchas contrahechas que atrapan al personaje y al lector en la propia textura de cada viñeta, en las propias intersecciones sin final. ¿Cuál es la causa de la locura? ¿Por qué sólo confiamos en la videncia ocular cuando existen otras formas de palpar los abismos de la realidad? Vidal Olmos se haya arrebatado en sus propias obsesiones que le llevan a un viaje iniciático de perpetuo delirio, de katábasis sin retorno. Y en los dibujos de Alberto Breccia no hay vislumbre alguna, no hay salvación posible, al contrario, la oscuridad y el arrobamiento se extienden con mayor énfasis en cada pliegue dislocado, en cada jirón de papel.
7 comentarios:
¡Qué nota tan sesuda! De antología: Sábato, Breccia y JD.
Venía viéndose el dominio del lenguaje de JD, pero aquí se pasó de largo. Hasta tuve que ir a buscar el diccionario.
Una nueva Visita admirable de JD.
Una curiosidad: esa viñeta alargada de Breccia ¿no hace recordar al "Guernica" de Picasso?
Gracias, JD; gracias Angux.
Disculpen, no controlé la identidad de Google y apareció mi comentario con el nombre de mi hijo.
"Donde dice "ale", léase "Rotebor".
Un abrazo transoceánico.
Que bien, notable Jesus.
La evolución gráfica de Breccia es digna de estudio.
Hay un volumen de historias cortas donde viene Busca Vidas (con guión de Trillo) y una serie de historias cortas basados en cuentos de autores latinoamericanos como Garcia Marquez, Alejo Carpentier, etc, muy recomendable .
Ojo que Oesterheld es Germán , no Guzmán.
Saludos!
Gracias, amigos, por vuestras amables palabras. Y gracias, una vez más, al anfitrión Angux por abrirme generosamente su puerta.
Rotebor:
Yo también creo que Breccia está homenajeando a Picasso. Y quizá no sólo con esta viñeta, émula evidente del "Guernica", sino con toda la obra. Una especie de cubismo y abstracción domina todas las páginas y desarrolla y envuelve la locura de su personaje.
Demetrio:
Conozco el "Buscavidas" (1981)y pienso que se halla en un nivel gráfico similar al "Informe sobre ciegos" (1991), si bien éste me resulta superior en cuanto a la magnífica y pletórica combinación obtenida entre el dibujo y la historia.
Lamento el error con el nombre del maestro Oesterheld.
Abrazos.
Muy bien, Jesus. Clarividente estudio.
Gracias JD por tu magnífica visita.
Ya sabes que aquí serás bien recibido tantas veces como quieras ;D
Como bien dices en todo el comic se nota ese especie de homenaje al agónico Guernica de Picasso, pero es, quizás, esta viñeta donde el parecido se hace más evidente.
Disculpar el error que es tan mío como de JD (se supone que yo tendría que haberlo visto y corregido antes de hacer la entrada)corregido queda.
Un saludo.
Así me gusta, elevando el nivel intelectual de los blog. Que esto de los cómics es algo muy serio a la misma vez que muy divertido. Y leen cómics desde el niño que aún no sabe leer, hasta el mas sesudo de los intelectuales. Y en la próxima encuesta, que salgan a la luz todos aquellos que disfrutan con un buen tebeo, y no se limiten a poner la cruz en los ensayos.
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