Hay dos aficiones que comparto con el visitante de hoy. Mo Sweat.
Por lo que su visita es sin duda muy agradable.
Empezamos hablando de una de ellas: El Baloncesto (Mo, tiene un fantástico blog, Fo Fo Fo, dedicado a este)
Pero no de cualquier baloncesto, hablamos de la NBA de los 80/90, la época de los duelos entre Celtics y Lakers, Bird y Magic. De la época en la que este espectáculo se metió “hasta la cocina” en nuestros hogares gracias al programa Cerca de las Estrellas, que presentaba Ramón Trecet. Hablamos del nacimiento de Jordan y Pippen, de Malone y Stockton, de los duelos matadores de Wilkins y Jordan, del pequeño Spud Web, de Olajuwon, de Ewing, de Drexler, de Barkley, de Isiah Thomas y los Bad Boys…
Y de un jugador que era uno de mis preferidos, gracias a la cabecera del programa de Trecet y su mate a aro pasado, el polémico, olvidado y muy posiblemente olvidable Xavier McDaniel (¿Alguien lo recuerda?) apodado X-Man.
Lógicamente, una cosa llevó a la otra y terminamos hablando de comics. (Mo, Tiene un excelente blog, Comics is Art, dedicado a este) (no dejéis de visitar esta sección, o esta, o esta otra...)
Pero no de cualquier comic, hablamos de X-Men, de la época en la que Claramont guionizaba y reinventaba los personajes, la época en la que Byrne dibujaba las ideas de este con su inconfundible talento.
Dos épocas gloriosas.
Saludos a todos; ante todo agradecerle a Angux que me haya invitado a esta maravillosa y ecléctica sección que es La Visita, donde hemos podido disfrutar de cómics tan buenos como diferentes entre sí; obras como el Philemon de Fred (gran obra olvidada donde las haya), el Asterix de Goscinny y Uderzo, el Capitán Trueno de Mora y Ambrós, los Micronautas de Mantlo y Golden, Batman: la Broma Asesina de Moore y Bolland o La Torre de Peeters y Schuiten, por poner solo unos ejemplos.
La verdad es que me ha costado decantarme por una obra; llegué a pensar en hablar sobre Creepy (para mí, el punto álgido en cuanto a conjunción de grandes artistas en un cómic), los Vengadores de Roy Thomas y John Buscema, el New York: Vida en la Gran Ciudad de Will Eisner o los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby; pero al final me he decantado por los X-Men de Chris Claremont y John Byrne, una obra que en su momento me impactó prácticamente más que ninguna otra.
Yo siempre he dicho que mi Olimpo personal de artistas de la historia del cómic está compuesto por John Buscema, Neal Adams, Jack Kirby, Will Eisner, Gene Colan y John Byrne. Eisner, Colan y Buscema han sido artistas que con el tiempo y contando con más de 70 años de edad, eran capaces de realizar obras con un nivel gráfico maravilloso, espectacular, demostrando que incluso mejoraban con la edad, de Kirby no hace falta ni decir nada y Neal Adams hace mucho tiempo que está totalmente out del mundo del cómic, mostrando una preocupante dejadez en los pocos trabajos que he realizado en los últimos 15 o 20 años, muy lejos de sus mejores épocas. Y llegamos al señor Byrne... de él se puede decir que (al igual que Adams) hace años que sus trabajos se han vuelto menos trabajados, más simplistas y en ocasiones carentes de aquella magia tan grande que poseía, pese a seguir siendo un gran dibujante y narrador. Es muy posible que su carácter huraño y la gran cantidad de encontronazos que ha sufrido con editores y gente varia del mundillo mainstreem americano hayan tenido bastante que ver en ello, pero hubo una época en que todo lo que tocaba se convertía en oro, todos los cómics que dibujaba se convertían en maravillas gráficas y se podría decir que junto al guionista Chris Claremont, es el máximo responsable de que los X-Men pasaran de ser un cómic marginal dentro de la Marvel de los 70 a ser la mayor fuente de ingresos de la compañía durante un montón de años. Tras la marcha de Byrne, Claremont siguió en la colección a lo largo de interesantes etapas con artistas como Paul Michael Smith, John Romita J.R. o Dave Cockrum entre otros, para luego empezar a languidecer poco a poco, primero con la era del pin-up noventero (donde Jim Lee fue el principal artista) y después con la marcha de Claremont y la llegada de nuevos guionistas que liaron la cosa a base de múltiples realidades alternativas y que en definitiva, vivieron de lo que habían construido Claremont y Byrne, pero sin ser dignos ni tan solo de poder comparárseles.
La implicación de Byrne en los X-Men fue tan grande que con el tiempo llegó a ser también el co-argumentista de la serie e incluso en alguna ocasión el único argumentista, dedicándose Claremont solo al guión. La etapa completa realizada por Chris Claremont, John Byrne y Terry Austin (no nos olvidemos del maravilloso entintado del gran Austin, el mejor entintador que ha tenido jamás Byrne) comprende del Uncanny X-Men nº 108 (Diciembre de 1977) al nº 143 (Marzo de 1981).
Para mí, los X-Men de Claremont y Byrne son uno de los puntos más altos de la historia del comic-book, junto con los 4 Fantásticos de Lee y Kirby o el Batman de Denny O'Neil y Neal Adams; pocas veces se ha llegado a tal nivel de genialidad en un cómic que debe salir cada mes y donde los autores no pueden dedicarle varios meses a realizar 20 o 30 páginas. En esa época se conjuntó el mejor momento creativo de un guionista como Claremont, el mejor momento artístico de un dibujante como Byrne y unos personajes con un potencial enrome que aun no habían sido sobreexplotados como lo serían años más tarde, perdiendo mucho por el camino...
Me atrevería a decir que ninguna otra obra me ha influenciado e impactado en tantos aspectos como esta.
domingo, 26 de julio de 2009
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13 comentarios:
Esta visita me resulta especialmente entrañable.
Comparto igualmente con el amigo Mo la pasión por el baloncesto.
De hecho, fui jugador de basket hace muchos años, y sigo enganchado a este deporte de varias maneras.
Por cierto: el blog de Mo sobre basket es de una calidad extraordinaria. Totalmente recomendable.
Y comparto también, desde luego, su pasión por el comic-book USA y sus grandes autores, Byrne entre ellos.
La época de X-Men de Byne y Claremont es sencillamente espectacular; la suma de un guión inteligente y original, junto al dibujo arrollador de John, sumamente atractivo, sitúan a esta etapa en lo más alto de la historia del medio ¡a nivel mundial!
Abrazos
No puedo más que agradeceros todo lo que decís, Angux y Jesús; de verdad.
Mira que hace un tiempo me era prácticamente imposible conocer a gente que fuera tan aficionada al cómic como al baloncesto; llegué a pensar que era rarísimo el compaginar ambas aficiones y ahora tengo el placer de conoceros a vosotros (aunque sea via internet) y a algunos más que no se si sabéis que también les gusta mucho el baloncesto, como Pablo o Jaime Sirvent.
Sin más, gracias por todo y recalcar las palabras siguientes de Jesús:
"la suma de un guión inteligente y original, junto al dibujo arrollador de John, sumamente atractivo, sitúan a esta etapa en lo más alto de la historia del medio ¡a nivel mundial!"... pienso exactamente lo mismo.
Eh, a mí también me gusta el basket, pero me gusta más jugarlo que hablar
Pues bienvenido al club, ja, ja, ja, ja, ja...
¡Quedada bloguera para jugar una pachanga, ya!
Gracias Mo.
Me ha encantado esta visita por los muchos recuerdos que ha traído a mi mente, tanto el hablar de basket (me uno a la pachanga, aunque haga ya algún tiempo que no encesto..) como por hablar de los X-Men.
En aquel momento, la verdad, yo no prestaba mucha atención a los autores, pero si notaba que donde estaba el nombre de Byrne (Capitán América, Vengadores, o este X-Men) la serie ganaba muchos enteros.
Y Claremont. En algún lugar leí que fue él quien dotó de un pasado a Rondador Nocturno, hizo que las féminas del grupo tuviesen más protagonismo, o que las garras de Lobezno saliesen de sus cuerpo y no del traje... reinventó por tanto a los personajes dándoles así vida y carisma.
Si dos genios de esta envergadura se juntan lo ilógico es que no salga una genialidad.
muy bueno, cuando los x-men parecian un cómic y no un álbum de ilustraciones :)
a mi me gusta mucho From the Aches, (Desde las cenizas) de Claremont y Paul Smith, fue uno de los primeros cómics gringos que leí, el dibujo de Smith es de una elegancia impresionante.
Estuve "viendo" (no entendía mucho ingles entonces) ese trade por meses, impresionado con la sofisticación y la narrativa dinámica del cómic USA, en esa epoca yo leía Asterix con sus páginas de 10 a 12 viñetas así que el cambio era notable...
En mi opinión, le esencia clásica de los x-men junto con la saga del Fenix Oscuro.
saludos.
Yo de X-men puedo comentar poco, no conocí esa época pero la del basket de los 80, esos lakers-celtics la vivi muy apasionadamente, de ahi que me haya gustado tu blog de basket mucho.
De la practica, desde que me hice hace un par de años un esguince de tobillo como un caballo debajo de los tableros ( más bien he sido pivot un poco duro) no he vuelto al basket y lo echo bastante de menos.
Saludos.
Lástima lo del esguince, Caracrater, porque ya casi teníamos el equipo.
Yo, si no hay inconveniente, sería el base, que es y ha sido mi demarcación habitual. No soy muy habilidoso, pero a cambio tengo rapidez y seguridad, además de ser un asistente nato.
En fin...
Eso sí: el X-Men de Byrne/Claremont no hay que perdérselo por nada del mundo.
Pues por no quedarme callado, diría que suscribo punto por punto lo que dice el buen Mo: el mejor Claremont, el mejor Byrne y el mejor Austin, los tres tocando el cielo, si señor, obra maestra absoluta. Lo mejor de lo mejor.
Angux, sobre toda esa influencia que comentas de Byrne en los personajes, yo destacaría sobre todo que fue el responsable principal de que Lobezno llegara a ser el icono que es en la actualidad.
Cockrum odiaba al personaje y estuvo a punto de conseguir que Claremont se lo cargara, pero el destino quiso que se fuera de la colección y llegara Byrne, que al ser Logan canadiense se enamoró del personaje y pronto, al ver su enorme potencial, empezó a ganar enteros en la colección... lo demás ya es historia...
Por cierto, sobre lo de la pachanga... solo me tenéis que decir donde y cuando... ja, ja, ja, ja...
Vaya, vengo por aquí esperando leer una magnífica reseña de la Patrulla de Claremont y Byrne, y me encuentro, no sólo con la reseña, sino que además organizáis una pachanga de basket, me apunto, aunque siempre he sido malillo y hace muchísimo tiempo que no juego, yo era más bien "raza blanca tirador", aunque con el tiempo que hace que no tiro a canasta lo mío sería más bien "mandarinas game":)
No sabía que os gustara el baloncesto ni a ti, Angux, ni a JD ni a tantos otros, interesante.
Con respecto a la etapa de Claremont y Byrne poco más hay que añadir, sin duda alguna una de las más grandes etapas de la historia del género pijamero.
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