martes, 16 de junio de 2009

La Visita: JA.

De momento, entre las visitas de amigos a este blog, hemos tenido amigos blogueros, autores de tebeos, lectores de comics… En definitiva un elenco de personas que nos movemos de una u otra manera por el mundo del noveno arte.
Pero nos hacía falta alguno…
Con JA, nuestro invitado de hoy, se cierra el círculo elemental. JA tiene una tienda de comics.



Y digo elemental por que por supuesto faltan más piezas del engranaje: editor, distribuidor… y tantas personas que hacen que podamos disfrutar de nuestro vicio.

JA llegó a este blog gracias a nuestro amigo Caracrater, quien ya hizo su visita hace un tiempo y pronto repetirá, y desde entonces ha seguido y comentado las entradas de este blog con asiduidad (cosa siempre de agradecer)

Con JA hablamos de Madre, vuelve a casa de Paul Hornschemeier.



Hace unos días varios aficionados al cómic manteníamos una conversación muy interesante sobre el llamado “cómic de autor” y siempre hay quien lo defiende y quien lo critica. Además me doy cuenta que es el tipo de cómic más reseñado en periódicos y publicaciones no especializadas. Esta conversación y encontrar una reseña sobre Epiléplico en el ABC me trae a la memoria un cómic que en su momento me encantó: Madre, vuelve a casa de Paul Hornschemeier.



Seguramente me gustó tanto porque fue de los primeros tebeos tan intimistas que me leí. Hasta ese momento solía estar inmerso en grandes aventuras peleando codo con codo con valientes héroes. Astiberri me descubrió otro tipo de cómic que yo no conocía. Historias más cercanas, experiencias personales y personajes de la calle tan normales como tú y como yo.



Gráficamente me sorprendió mucho. Acostumbrado a las maravillas de Moebius, Marini, Bess, Boucq, etc este “dibujillo plano” de Hornschemeier parece la obra de un aficionado. Sin embargo me pareció atractivo y me sumergí en su lectura. Otro motivo por el que caí fue lo impecable de su edición y es que también tengo una vena fetichista, esa vena que me hace oler y acariciar los tebeos. ..

No quisiera destripar el contenido de la obra para aquellos que no la hayan leído y piensen hacerlo. Solamente comentaré que se trata de una historia dura, muy dura. Debería llevar alguna clase de advertencia como el tabaco: “las autoridades sanitarias advierten: no lea este cómic si está atravesando un mal momento”. ¿ Entonces qué tal queda este estilo de dibujo, casi infantil, en una historia tan dramática? Bueno, desconozco si el autor en cuestión no sabe hacerlo mejor pero a mi me gusta. Relaciono el color plano, sin volumen, y la sencillez del trazo con el punto de vista del protagonista que es un niño inmerso en un dramón. La ausencia de decorados y ornamentos me ayuda a centrarme en el drama psicológico del padre, que tiene tela.



A lo mejor es sólo un tebeo más de esos que ahora inundan las estanterías de las librerías en las que se descuida el dibujo en favor de un gran guión. ¿O es que ahora los que no saben dibujar bien nos hacen creer que cuentan mejores historias? Personalmente, me estoy hartando un poco de este género, si se le puede llamar así, y me vuelven a atraer las grandes aventuras del Escorpión, los mundos inquietantes de Las Ciudades Oscuras y las batallas espaciales de Universal War One sin desmerecer obras como ésta que te dejan clavado al sillón (orejero) cuando te sacuden con la última página.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Una reflexión muy interesante. Si, parece que hay muchos autores que descuidan el dibujo en aras del guión o que no se molestan en dibujar con precisión. Para mi resulta mucho más atractivo un buen dibujo y un buen guión, es perfectamente factible y el lector lo agradece.
Miguel

Caracrater dijo...

Una obra desoladora, que la conoci gracias a quien escribe esta reseña, sino es muy posible que, con ese dibujo, nunca la habría leido; pero una vez que lo haces, ves como un niño ve el mundo andando por el filo.
Realmente dura y buena, muy buena.

Pues si, compañeros, el gran amigo JA es el culpable y, y no la crisis, de que mi enconomía no es lo boyante que quisiera.
Muy buena reseña tocando ese tema tan de debate siemre entre los comiqueros, del dibujo y el guión.
Saludos.

concepto dijo...

has definido muy bien y con pocas palabras el argumnento del libro. yo personalmente me lo leí porque mi marido-gran aficionado a la lectura de cómics-me lo recomendó, y pese a la advertencia de dramón en potencia me quedé sin palabras tras su lectura, bueno, matizo, no tras su lectura, sino simplemente tras la visión de una de las viñetas que corroboran el NO final feliz que se viene cociendo a lo largo de su lectura.
Gracias, J.A. por tu reseña y gracias por abrir la comicteca y ofrecernos un nuevo mundo de lectura.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, cariño. Sabes que te suelo recomendar buenos tebeos... normalmente con final feliz.

Angux dijo...

Gracias J.A. por tu visita.
En ella expones el típico debate dentro del mundo del comic ¿Guión o dibujo? A mi, como se puede ver gracias a este blog, me hacen disfrutar mucho los buenos dibujantes pero últimamente estoy descubriendo ese otro comic, con un dibujo quizás menos trabajado pero con un gran guión y también estoy disfrutando de lo lindo con las historias que sus autores plantean. Estoy aprendiendo a disfrutar de los comics no solo por su dibujo si no, mirando mucho (también) otros aspectos.
Lo ideal sería un comic con un gran guión y con un gran dibujo pero entre lo uno y lo otro ¿por que tener que elegir?

PAblo dijo...

Paul Hornschemeier al que todavía engo pendiente. Quizás algún día de estos...

Impacientes Saludos.