lunes, 30 de junio de 2008

Lecturas: Fantasmas Blancos

Edición original: Fantômes Blancs Nº 1 a 2 FRA
Fecha de edición: junio de 2008
Guión: Appollo
Dibujo: Li-Ann
Tinta: Li-Ann
Color: Laurence Croix
Formato: Libro cartoné, 96 págs.
Editorial: Planeta DeAgostini.





Appollo y Li-An nos muestran en este comic una historia sencilla, con tintes clásicos. Un guión entretenido, un correcto dibujo, y un sorprendente y destacable colorido que Laurence Croix imprime a cada página..
En cada una de ellas reina un color, amarillo, naranja, verde, violeta, azul … y con tonalidades más suaves o más cálidas del mismo, logra una cuidada y estupenda combinación de colores.

François, es un joven de raza negra, que a pesar de sus orígenes, (hijo de esclavos en una pequeña isla y antigua colonia francesa) se ha acostumbrado y adaptado perfectamente a la vida en la Francia de comienzos de siglo XX.

Un día, y a pesar de tener que dejar en Paris a Bénédicte, una joven parisina con la mantiene un noviazgo, decide acompañar a su jefe, Maxime, a la isla que le vio nacer y juntos encontrarse con sus orígenes.

Una vez en la isla, entre recuerdos, sueños y visiones (incluido las conversaciones con una cabra) Fraçois, se conocerá a si mismo, a la vez que iremos conociendo a la extraña gente que habita en la isla y vivirá con ellos varias aventuras, que le tendrán a el como principal protagonista.

Así, con los Primos Técher, tan grandes bebedores de ron como mal pagadores, buscará un tesoro escondido allí por los piratas que tiempo atrás, buscaban cobijo en la isla.
Con, Maxime y el señor Petel, heredero de una gran fortuna y apasionado de toda la ingeniería moderna, tendrá que poner a prueba un avión, siendo piloto de este, y compitiendo sin saberlo con los hermanos estadounidenses Orville y Wilbur Wright en la invención del primer artefacto volador.
A parte, tendrá también que averiguar el nombre del fantasma de un pirata que se le aparece durante las cálidas noches de la isla San Luis.

Con todo este batiburrillo de historias, Appollo y Li-An consiguen una lectura entretenida y amena, pero poco mas. Un comic que nos mantiene en la superficie y no consigue sumergirnos del todo en sus páginas, a pesar del gran trabajo de los dos autores y sobretodo de Laurence Croix en el color, tan sencillo como estupendo.






Un saludo.

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