A Octavio le conocí como comentarista de La Cárcel de Papel cuando se hacía llamar Sr. Punch y ya me sorprendía (quizás por mi debilidad en estas lides) por su facilidad en el uso de la palabra.
Poco tiempo después conocí su blog, Estodigo del que he sido un silencioso seguidor.
En él mezcla el comic con cosas varias como música, televisión, algo de política (¿algo no lo es?) o incluso con recetas de cocina que no se si me atrevería a probar…
Se gana la vida cerca de las viñetas. Escribiendo sobre tebeos en periódico El Faro de Vigo y llevando la sección de comics en una tienda de ocio freak.
Un día le invité a tomar un café, aquí en La Caraviñeta, y sin pensar demasiado las consecuencias, aceptó la invitación y rápidamente ya estábamos charlando sobre tebeos, la pasión que nos une.
En su visita hablamos de Batman, Miller y El Regreso del Señor de la Noche.
Cuando le preguntan a uno por un cómic, y uno solo, lo más sensato es rechazar la pregunta con algún gesto condescendiente y ponerse a hablar del tiempo. Como cualquier elección que restrinja un mar a una sola gota, es tarea imposible, e injusta. Por eso ante el amable ofrecimiento de La Caraviñeta (que agradezco) les contaré que, carái, está lloviendo, y mira que estamos en Abril, y últimamente Abril traía pocas lluvias pese al refranero.
Dicho lo cual, abordo la hercúlea tarea desde algún método. ¿De qué tebeo debería hablar si me piden uno y sólo uno? La opción (podría ser otra: intelectual, emotiva, emocional, personal...) será la de elegir el tebeo que ha sido bisagra. Todos, seguramente, tenemos uno. Es esa obra que ante ese momento vital en que creemos que ya somos "mayorcitos" para tebeos... nos atrapa y ata al nada nefando vicio de las viñetas, nos impulsa en la adolescencia (o pre, o tardoadolescencia, según casos) como lectores de cómics con futuro y nos alía ya para siempre al noveno arte. Creíamos que "eso es para mocosos"... pero este inesperado, fulgurante nuevo cómic, nos revela que no, que el arte de las viñetas aún tiene ases en la manga, como medio, para engancharnos y para ir má allá de unos límites que creíamos irrompibles.
Ese cómic, en mi caso, es Batman: El regreso del señor de la noche, de Miller, Janson y Varley.
Porque más allá de los muchos valores técnicos de esa obra maestra (la planificación de cada página siempre portentosa, la imposición de un ritmo narrativo férreo y trepidante, el empleo expresivo del color y de un dibujo que ya era despojado frente a trabajos previos, etc etc.), los cuatro prestiges que fue en su origen este cómic son un puente. Un puente firme que unía la capacidad de asombrarme con historias "bigger than life" y la necesidad de trascender las veleidades infantiloides del género de superhéroes (que tanto amaba, pero que con 16, 17 años empezaba a pecar, a mi confuso entender, de cierto infantilismo). Porque en su versión crepuscular y anciana del héroe murciélago Miller sigue acudiendo a lo maravillosos del tebeo de pijamas (pocas veces Superman fue más mítico, ni un villano algo tan tremendo y visceral como el líder mutante o el loco Joker) pero también desarrollaba una violencia frontal, un debate plural sobre la figura del enmascarado, un perfilado de secundarios (comenzando por Gordo, seguido de los muchos personajes anónimos, urbanos), un discurso abstracto sobre lo heroico. Y esas nuevas lecturas, profundas y a veces turbadoras, daban alas al medio.
Tras leer esos cuatro libros mes a mes, el chaval decidió rendirse a lo evidente. No dejé de comprar pijamas (porque además fue aquella una época de gozosos nuevos caminos para el género, ya lo saben) pero decidí explorar otras posibilidades, y descubrí Torpedo, y Hombre, y el Cimoc, y todo el universo del cómic adulto. Y aquí seguimos, casi cuarentones y enviciaditos, claro que sí.
martes, 12 de mayo de 2009
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10 comentarios:
Gran visita.
MI COMIC no fue ese pero la impronta que me dejó fue muy parecida.
Angux, atrévete con mis recetas, no seas cobarde ;)
Y nada, un placer colaborar en tan curiosa propuesta.
Gracias también, Rubio.
Gran entrada.
Creo que mi comic fue La Muerte de Gwen Stacy, y eso que lo leí con 6 años...
DK supuso una revolución en el comic de superhéroes, aunque no nos pilló por sorpresa a los que estábamos encandilados por el DD de Miller.
Bruce, yo tenía ese DD, enterito. Y Ronin, de paso.
La cuestión no es conocer o no al autor, sino lo que ese concreto cómic supuso en mí cuando salió a los quioscos en un momento, mis 16 o 17, en que empezaba con la tópica duda adolescente que toma al cómic por cosa de niños, y especialmente el de pijamas. DK demuestra que cualquier género puede practicarse desde una perspectiva adulta (Daredevil aun teniendo segundas lecturas interesantes no deja de ser un fenomenal tebeo para chavales... yo tenía 13 o 14, y lo entendí bastante bien en su día, vamos)
Entrada magnífica, cuya esencia comparto enteramente.
Nunca he entedido las duras críticas hacia Miller. Defectos tiene, ¿quién no? Ha copiado a otros, es verdad; ¿cuántos podrían decir que nunca han copiado?
La calidad de la propuesta de Miller y cía. es innegable, arrolladora. El revulsivo que significó en el comic-book, junto al de Moore, no tiene igual en la historia tebeística.
Las cosas en su sitio. "El regreso del señor de la noche" es una obra mayúscula.
Seguramente entiendes mejor que yo cualquier comic. Pero a mí Miracleman me marcó más que DK o Watchmen.
Gran visita.
Si algún día regreso a los superheroes,desde luego,empezaré por Batman gracias sobretodo a tu visita y a la próxima. (no doy más pistas ;D)
Mi comic (o serie en este caso) fue Bois-Maury. Recuerdo que estaba vendiendo mis viejos comic de superh cuando un comic llamó mi atención y pasé de vendedor a comprador.
Éste comic era Wild Bill ha Muerto. Y fue tal el gusto que me di con su lectura que compré de un tirón toda la serie de Las Torres de Bois- Maury (los 10 que componen la serie original y sus 3 epílogos, secuelas o como querais llamarlos)Las Torres me devolvieron la afición y desde entonces aquí sigo.
A mi, el comic de pijamas que mas me marco por su talante adulto, fue sin duda Miracleman, al igual que a Bruce.
Por alguna razon que no acabo de entender, y mas despues de leer los valores que expone Octavio sobre esta obra que, marco tanto en su epoca, y que como siempre, lo hace de forma magnifica, nunca he acabado de conectar con el Darknight del señor Miller -creo que es un problema de fondo y no de forma-.
Puestos a elegir, siempre me gusto mas el Ronin -y ya se que decir esto es casi una blasfemia comiquera-. Si tuviese que quedarme con alguno de Miller, ese seria sin duda el Born Again, aunque por supuesto todo es cuestion de gustos.
Por cierto, un lujazo de visita -como todas las que ya has tenido-, y también de blog, Angux.
"Borg Again" y "Ronin" son también las obras de Miller que más me gustan, sobre todo la primera, en la que hay capítulos que me parecen de puro genio, difícilmente irrepetibles. Incluyo, por supuesto, a un Mazzucchelli genial.
¿"Miracleman"? Un portento y una maravilla.
Yo hablaba de Miller y Moore en términos generales. Ambos tienen obras de gran calidad que han sido verdaderos detonantes en el mundo del cómic.
Es justo en ese sentido que "Batman: Dark Knight the Returns" me parece tremendamente emblemático.
Ahora bien, si me dejo llevar por mis sensaciones más primarias en esto de los superhéroes, no tengo ninguna duda: me quedo con la etapas de Byrne en X-Men y los 4 Fantásticos, y con las de Ditko en Spiderman y Doctor Extraño.
Saludos.
Coincido totalmente con esto último que dice JD, a lo que añadiría algo de Colan, de Buscema y de Kirby; y por supuesto el Batman de Neal Adams.
Batman The Dark Knight es una obra imperecedera que se seguirá reeditando y vendiendo por los siglos de los siglos... como Watchmen.
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