Si algo puedo sacar como bueno del tiempo que lleva abierta La Caraviñeta es, aparte de lo mucho que disfruto hablando de tebeos, la buena gente a la que he tenido el gusto de conocer gracias a este blog.
Tanto a los que ya han pasado por aquí dejándonos su “visita”, como a los que aún están por pasar (que son todavía unos pocos, perdón por el retraso, chicos) y, por supuesto, también al visitante de hoy.
Hoy nos visita Alfonso Zapico.
Zapico es ilustrador y autor de comics. Su obra, Café Budapest de la que ya hice mi comentario por aquí, habla por él mismo en cuanto a su trabajo se refiere. Un comic que vuelvo a recomendar y que le ha valido la nominación al premio del Salón del comic de Barcelona en la categoría de autor revelación 2008 (toda la suerte del mundo)
Pero a mi me ha sorprendido más su calidad humana, que ya demostró con la naturalidad y buenas maneras con las que se tomó el “error” del que JesúsC dio cuenta y reproducimos por aquí. Y gracias al cual me llevé por la geta un original de su Café Budapest (y no una página cualquiera, que encima el bueno de Zapico me envió una de las mejores planchas que hay, a mi gusto, en la obra).
Pronto (junio/julio del 2009) Dolmen editará lo que fue su primera obra publicada en Francia y será la segunda publicada a este lado de los Pirineos, La Guerra del Profesor Bertenev, y yo estaré, si me permitís, aquí para comentárosla.
No dejéis de pasaros por su blog y por su página web si queréis pasar un buen rato.
En esta ocasión hablamos del comic:
Los Cuatro Ríos de Fred Vargas y Edmond Baudoin.
La escritora Fred vargas, creadora de los relatos policíacos del inspector Adamsberg, famoso personaje de la novela negra francesa, se complementa en este álbum con el trazo inigualable de Edmond Baudoin. Del cóctel de talentos surge Los Cuatro Ríos.
Con textos evaporados de una novela gráfica al uso comienza la historia. Suburbios de París, delincuencia juvenil, un asalto, una sorpresa nada agradable, un crimen, un peligroso asesino llamado El Carnero… el joven Gregoire Braban entra en una espiral de miedo al peligro subrepticio, que se oculta tras un anciano, una furgoneta o una joven de cabellos dorados. El inspector Jean-Baptiste Adamsberg será su protector y su conexión con la realidad. Sus ojos son los del lector, y por ellos el lector descubrirá lo que rodea a Braban, El Carnero y el misterioso esoterismo de sus crímenes. Todo es engaño y temor en esta historia, donde nada es real hasta que se desvela la verdadera naturaleza de las cosas, ni el miedo desaparece hasta llegar al final del viaje.
La otra cara de Los Cuatro Ríos es el propio Braban, que vive con su padre y sus tres hermanos en una vieja casa del extrarradio parisino. Y es precisamente allí, entre lo viejo y lo caótico, donde el padre dedica su existencia a la más egregia labor humana: la creación.
Cuatro esta estatuas para cuatro rios, laminadas por cuatro hijos en chapas de Guinness o Heineken. Esculturas clásicas , diferentes y cambiantes, en semejanza a Gregoire y sus hermanos. Hay un exquisito paralelismo numérico en esta historia, un orden oculto detrás de tanto galimatías que hace del álbum una historia más bella y abstracta si cabe.
El pincel denso y correoso de Baudoin se apodera del guión de Vargas y lo hace suyo, regalando al lector una novela gráfica con infinitas tonalidades a pesar del blanco y el negro, y una morfología humana y geográfica cambiante, que nos lleva de la primera a la última página con la delicadeza del recuerdo antes soñado.
Un saludo.
sábado, 23 de mayo de 2009
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5 comentarios:
Aunque todavía no lo he leído, Baudoin siempre me ha parecido un maravilloso dibujante. De esos autores apasionados por el dibujo y que contagian rápidamente con su arte.
Lujazo de visita, por cierto.
Le echado el ojo un par de veces y no me he llegado a decidir por el Baudoin.
Enhorabuena a Zapico por su Cafe Budapest, uno de los ultimos descubrimientos que he hecho. Gran comic y gran futuro le veo.
Un lujazo, si señor.
Tampoco yo lo he leído, pero si lo he ojeado y aunque a mi, al contrario de Ximo, me hechó algo para atrás el enborronado dibujo de Baudoin he de decir que Zapico ha conseguido que me entren ganas de leerlo. Así pues dos lecturas que te debo este año Zapico: ésta y por supuesto La Guerra del Profesor Bernetenev.
Gracias por la visita.
Buenas, Angux y compañía...
Jope, servilletas de tela, aceitunas de marca, cerveza de importación en botella de vidrio,¡¡¡gusanitos y papas¡¡¡. Angux hoy estas tirando la casa por la ventana, sin reparar en gastos, que quien viene hoy??.
Ondiaaa, Alfonso Zapico, ya autores y todo, que nivel esta cogiendo el personal. Very good.
Por cierto, Sr. Zapico, justo la semana pasada he terminado de leer Café Budapest, no caerá reseña en Trazos porque ya la hizo la compi Susana, y sólo diré que en la escena de la madre después de contar lo de Auschwitz
se me saltaba la lagrima. No recordaba que me pasara algo así desde que leí Silencio de Comés.
El proximo título muy interesante, la guerra del Prof. Bertenev, en una guerra que enfrentó a Rusia contra una coalición de franceses, ingleses y saboyanos en ayuda del enfermo de Europa: el Impero Turco
Xau
r.
Bueno, he de decir que "Los cuatro ríos" se me ha pasado desapercibido y gracias a esta entrada he descubierto que en principio es una obra que tiene todo lo que en principio me arae de un cómic así que me temo que caerá más pronto que tarde.
Por otro lado, me declaro culpable de no habér leído todavía "Café Budapest" aunque ocupa un lugar preferente en una de las inestables pilas de pendientes que tengo en casa. A ver si más pronto que tarde me pongo con ella que todo el asunto del error desperto mi curiosidad en su momento...
Impacientes Saludos
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