martes, 10 de febrero de 2009

Relecturas: Píldoras Azules.

Edición original: Pilules Bleues.
Fecha de edición: marzo de 2004.
Guión y Dibujo: Frederik Peeters.
Color: Blanco y negro.
Formato: 200 págs.
Editorial: Astiberri.



Hace unos días hice una entrada en este blog sobre las novedades de la editorial Astiberri para este 2009. En aquella entrada me gustó pararme a observar los comics que la editorial bilbaína había ya publicado con anterioridad y comprendí que es una de las editoriales que presenta en su catálogo muchos de los comics que más me han hecho disfrutar últimamente. Así pues, tomé en aquel entonces la determinación de volver a leerme algunos títulos publicados por Astiberri y compartir, ya que en su momento no pude, con vosotros dicha lectura.



¿Y que mejor obra para empezar este especial que Píldoras Azules?
Píldoras Azules significo para mi, en su momento, unas puertas que se habrían hacia un tipo de comics que no conocía, un comic lleno de sentimientos, donde tan pronto estabas esbozando una sonrisa como emocionándote hasta casi desatar la lágrima. Donde el dibujo perdía protagonismo ante una historia contada desde y para el corazón. Un comic autobiográfico, en este caso, donde el autor se desnuda y logra contar una historia que llega a enternecer, narrada de una forma natural, sin buscar la sensiblería ni la lágrima fácil. Una obra que nos habla de amor, de voluntad, de fuerza, de miedo y de valor. Y por si esto fuera poco, una obra instructiva, que nos acerca y nos da a conocer un poco más una de las enfermedades más mortíferas del pasado siglo y que aún en este, conociéndose más y asegurando una mejor calidad de vida al paciente, sigue siendo sumamente letal.



Frederik siempre se había sentido atraído por Cati. En los últimos tres años apenas la había visto, había cruzado alguna palabra con ella en un par de ocasiones, sabía que se había casado y tenía un pequeño, pero no tenía ningún contacto con ella.
Una noche en una fiesta se encontraron. Comenzaron a hablar como si nunca hubiesen dejado de hacerlo. Cati acababa de separarse esa misma noche, y así entre charlas, cine, risas … pronto empezaron una bonita relación.
Para Frederik todo iba a pedir de boca hasta el día en que, en una cena íntima en casa de este, Cati le desvela su terrible enfermedad que comparte con su hijo de apenas tres años. Mil sentimientos se agolpan de repente en la cabeza del joven, que sin embargo, lleno del valor que solo los que están tocados por la flecha de cupido son capaces de tener, decide proseguir con la relación, acompañado desde ese momento por las dudas, el miedo, la ignorancia, la felicidad y sobretodo la vida.



Peeters nos va metiendo en el relato poco a poco, nos va presentando a los personajes y las relaciones entre ellos (la relación entre Frederik y el hijo de Cati es fabulosa) hasta llegar a familiarizarse con los protagonistas.
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Hablábamos, no hace mucho, en referencia a este comic en Comics en Extinción, el blog de Agudus, llegando a la conclusión que a pesar del trazo enmarañado y sucio con el que Peeters ilustra la obra, el suizo no solo es un gran dibujante, sino que es capaz de llevar al papel lo que otros no pueden ni intentar. Dibuja tan fenomenalmente bien, que sabe dibujar quizás lo más difícil. Los sentimientos. Gracias sobretodo a los paréntesis, que a modo de silencios siempre acertados, Peeters introduce en la obra.



Concluyendo. Es Píldoras Azules una obra redonda. Uno de mis comics de cabecera. Un comic que jamás me canso de prestar. Un modelo de lo mucho que se puede contar con este formato, ideas e imaginación. De lo que puede dar de si este arte y un claro ejemplo de asociación entre narrativa gráfica y escrita. Una obra maestra de este noveno arte si queréis que me posicione aún más.
Por tanto. si aún no lo habéis leído, haceros un favor, leerlo no os arrepentiréis.
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Un saludo.
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Otros comentarios de este comic:
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Anguloagudus en Comics en Extinción.
Sergio en Lecturas Recomicdadas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Un cómic fantástico.

Impacientes Saludos.

Emilio Aurelio dijo...

Sentimientos en situaciones extremas, sin caer en la autocompasión. Muy difícil, solo posible en grandes maestros. Y en RG, deja el dibujo desmañado parecido a la letra de un diario y nos ofrece otro mas realista pero igualmente centrado en los sentimientos de una pareja de policías, también con gran eficacia.

Angux dijo...

Anguloagudus>>
En RG me gustó también como Peeters cuenta los sentimientos de amistad entre Dragón y Cyril, como tu dices, al alcance de muy poquitos.

Aquí un comentario sobre Rg2 que hice hace ya algún tiempo:

http://lacaravinieta.blogspot.com/2008/06/lecturas-rg-2-bangkok-belleville.html

Un abrazo.

Ioannes Ensis dijo...

Muchos autores opinan que el dibujante de un comic no debe notarse. Si el lector piensa "¡Qué mal (o qué bien) dibujado está esto!" sale de la historia. Yo no lo creo, si la historia tiene suficiente fuerza el dibujo puede ser como sea, y si la historia tiene la suficiente fuerza y el dibujo también, mejor que mejor.
La verdad es que no conozco el trabajo de Peeters, pero esta entrada me ha animado a probar.
Un saludo y gracias.

Angux dijo...

Amigo Ioannes.
No te cortes. La experiencia que me da el haber prestado este libro tropecientas cincuenta veces,(incluso entre no lectores de comics) me dice que vas a acertar de pleno si comienzas su lectura.
Con otros comics quizás dudara, con este no. Independientemente de los gustos del lector, este comic llega. Asi que, p´a lante y ya nos contarás.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Este cómic fué para mi todo un descubrimiento, y no me canso de leerlo y recomendarlo. Una historia grande en lo desafortunadamente cotidiano, magnificamente narrada, con sensibilidad pero sin sensibleria.

Angux dijo...

Pumuki>>
No he oido una crítica mala a este comic. Hay consenso. Una Obra mayúscula. Y al parecer tanto a ti como a mi nos abrió nuevos orizontes en el 9º arte.

Un saludo.

Guillermo dijo...

Una auténtica delicia esta historia.

Me encantó haber caído por tu blog.

Salu2-Guillermo