Momentos Nostálgicos

La influencia de mis padres, grandes lectores de tebeos durante mi infancia, se va a notar y mucho a lo largo de esta entrada.

Quiero que sea, por este motivo, una entrada dedicada a ellos. Por su dedicación y por la educación que me dieron. Y por su cariño, a pesar de sus limitaciones.

Por aquel entonces mi padre asistía cada dos noches al hospital Doce de Octubre a que una máquina realizase el trabajo que sus riñones, hacía tiempo, se habían negado a hacer.
Recuerdo que llegaba a casa tarde y cansado.
Mi madre, apenas sabía leer pero los Mortadelos, Pulgarcitos, TBOs y demás “revistas de humor” de aquella época acompañados de sopas de letras, le ayudaban a que la espera se hiciese más corta.
Cuando faltaba mi padre, un día mi hermana y otro yo, ocupábamos su espacio al lado de mi madre, en su cama, hasta su regreso.
De aquella, recuerdo los muchos Mortadelos que de vez en cuando, hacían que mi madre esbozase una sonrisa mientras juntos, leíamos.
No es el que más me gusta, desde luego y como a muchos El Sulfato Atómico ocupa ese lugar, pero no se bien porque tengo en mi memoria a Magín el Mago como un tebeo de aquellos años.



Igualmente el Súpergrupo de Jan también entraría en esta lista.



Los pitufos, comprado quizás para nosotros.
Este título en particular.



Mi padre por su parte siempre, y hasta hace poco, ha sido un gran lector de tebeos. Entiendo que él también los usaría como entretenimiento durante las horas que pasaba enganchado a la máquina de diálisis, aunque muchos de sus comics eran anteriores a su enfermedad.
Gran amante del western en particular y el género de aventuras en general, suyas son quizás mis mayores influencias.
En su comiteca, de la que aún se conservan algunos tebeos, recuerdo especialmente La residencia de los dioses, fue el primer Asterix que me leí. Desde entonces no he dejado de hacerlo.



El Jabato color. El Guerrero del Antifaz. La historia y las viñetas es una mezcla que tanto a padre, como a hijo, de siempre nos ha gustado.



Blueberry, McCoy, Comanche, comic del oeste en general que, bien leía de los de mi padre o bien en la biblioteca.



Kid Tejano, El Coyote, comic del oeste en grapa.



En mi barrio de entonces existía una librería que por cinco pesetas (creo recordar) te cambiaban tu novela gráfica de oeste por otra que no hubieses leído.



Al igual que Kalar, Rey de la Selva, sin duda una de mis series preferidas de aquella época.
(no os perdáis este enlace con las portadas originales)



Poco a poco fui tomando mi rumbo en esto de la lectura de tebeos. El descubrimiento de los Superheroes de la mano de Dan Defensor, dibujó para mi un nuevo camino que seguí durante casi toda mi adolescencia.



También recuerdo como mis amigos de aquel tiempo, (¿doce, trece años? Quizás menos), alguno de los cuales aún conservo, íbamos al nuevo supermercado de nuestro barrio a hojear el Click de Manara (sorprendentemente allí había varias revistas Totem en estanterías descolocadas) y como salíamos de calentitos después de aquellos acercamientos al comic erótico.



Bonitos recuerdos, sin duda. Gracias Mo Sweat y Bruce por vuestra idea y obligarme a hacer este nostálgico ejercicio mental.
En sus blog podéis ver más amigos que se han apuntado a este especial.

Un saludo.