jueves, 23 de julio de 2009

La Secuencia: Adaptándose al Medio.



¿Qué es la exactamente la inteligencia?
¿Son inteligentes los animales?
Si atendemos al dicho aquel que dicta que el ser más inteligente es aquel que mejor se adapta al medio, no hay duda de que si lo son.

Permitirme que os cuente una anécdota.

Mi abuela Antonia, la Gorda (como la llamábamos cariñosamente sus muchos nietos), era una mujer estupenda. Muy poco agraciada físicamente tenía, sin embargo, algo que la hacía sumamente hermosa: su sonrisa, contagiosa, capaz de alegrar cualquier estancia en la que ella estuviese.

La posguerra fue muy dura para ella, como para todos los que la vivieron. Máxime si pertenecías al bando perdedor, más aún si cabe cuando tu marido fue herido de vida en una de las muchas palizas que se llevó en los campos de concentración (que aquí, como sabréis, también hubo) y fue condenado a pasar por la letrina cada poco tiempo durante el resto de su corta vida, hasta que su colón, roto, dijo basta.

Me gustaba besar los flácidos y suaves carrillos de mi abuela, despeinarla de vez en cuando y escuchar sus falsas rabietas mientras decía “Míralo! ya me espelucó” y cogía su peine, siempre en su bolsillo, y peinaba nuevamente sus canas…
Aunque sin duda, lo que más me gustaba era escuchar sus historias…

Contaba como, cuando le daba el pecho a una de mis tías por la noche, se quedaba dormida por el cansancio de una dura jornada de trabajo, del cuidado de sus hijos y su marido y por culpa del hambre que había dejado la guerra de Caines y Abeles en aquellas tierras, en las que tenías que pelear con las ratas por una monda de naranja.
Mientras ella dormitaba mi tía mamaba a su gusto de uno de sus pechos.

Un día se dieron cuenta que la niña tenía una mancha morada que rodeaba su boca, esto, y que la niña parecía perder peso asustó a mis abuelos que rápidamente llamaron al médico del pueblo.
Su diagnóstico fue rápido. Nada más ver los síntomas de la pequeña el médico determinó: - “Eduardo, Antonia. Tienen ustedes una serpiente en casa” -dijo- “seguramente esté en su cama”
Separaron las mantas y sábanas que cubrían la cama y , en efecto, allí estaba la serpiente, enrollada en una de las patas haciendo la digestión y esperando que llegara nuevamente la noche. Lógicamente , aquella serpiente no volvería a ver la luna.

El médico contó a mis abuelos como la serpiente separaba la boquita de la niña del pezón de mi abuela y sustituía este por su cola para que la pequeña no llorase y mientras, ella, vaciaba de leche el pecho de mi abuela.

¿Es esto adaptarse al medio? ¿Era inteligente, por tanto, esta serpiente? ¿Es más bien algo intuitivo?


En la secuencia (reducida y resumida para la ocasión) del siempre recurrente Lacernet y sus Combates Cotidianos (en este caso el número 3), la lechuza salvaje se adapta al medio aceptando la comida de manos de un humano.

Un saludo.

Permitirme agradecer a mi abuela sus muchos cuidados y cariños con los que atendió a todos sus nietos. Su gran corazón un día se partió por la mitad y, desde ese día, murió parte de nuestra sonrisa.
Te hecho de menos abuela. Anhelo tu sonrisa y envidio la facilidad con la que hacías felices a los que estaban cerca de ti.
Te recuerdo siempre, Gorda.

12 comentarios:

Caracrater dijo...

bonito el recuerdo de tu abuela, si señor.
Yo guardo fotos de mis cuatro abuelos, que excepto mi abuelo materno que esta ya un poco desdibujado por el paso del tiempo, del resto me acuerdo perfectamente.

Angux dijo...

Gracias Caracrater.
Hacía tiempo que tenía pensado hablar de la Gorda en forma de homenaje, recuerdo y cariño.
La secuencia como ya sabes es la sección más propicia para hacerlo.
La anecdota de la serpiente es completamente real y el médico demostró que a pesar de resultar sorprendente para nosotros se habían dado más casos. De ahí que el diagnóstico fuese tan rápido y certero.

Gracias por el coementario ;)

JA dijo...

Que pedazo de historia. No había oido nunca nada semejante. Que serpiente más hija de...

Angux dijo...

JA.
Cuando mi abuela me contó esta historia, no hace mucho, me sorprendió también.
Resulta increible lo que llega a inventar la naturaleza para subsistir.
Y eso que la casa de mi abuela siempre estaba llena de gatos.

Gracias, JA.

Giuseppe dijo...

Me suena que mi abuela materna conto varias veces una historia muy parecida, no porque le pasara a ella, sino como algo que habia sucedido al menos una vez en la masia donde vivían mis abuelos o alguna cercana.
De todas formas más que el hecho en sí, lo que cada vez borda Usted mejor Sr. Angux son las historias humanas y familiares que nos cuenta- no se me olvida lo de su Sr. Padre y la diálisis-

Xau

Angux dijo...

Gracias Giuseppe.
Estas palabras tuyas son importantes para mi, la verdad.
No se si esta sección es correcta o no en un blog dedicado a los tebeos, (en algunas ocasiones he pensado en dejar de hacerla) pero escribir este tipo de cosas me libera y disfruto mucho haciéndolo.
Descubrir que a alguien le gusta esta sección me permite seguir haciéndola y disfrutando de ella.
Gracias pues.

Anónimo dijo...

Me temo, Angux (con todos mis respetos), que ese es un mito muy extendido. Las serpientes no pueden digerir leche... tengo serpientes desde hace muchísimos años y eso que cuentas es un mito.

No hay que sobreestimar tanto a las serpientes.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Y con lo de sobreestimar a las serpientes me refiero a lo de elaborar esa estrategia para supuestamente "beber leche".

Angux dijo...

Muy buenas Anónimo.
Casi se me pasa tu mensaje y la verdad hubiese sido una lástima.
Es cierto que donde digo serpiente debería haber dicho culebra. Aún así sería el mismo caso.

(Con todos mis respetos, igualmente) Es lo que me contó mi abuela y no puedo ponerlo en duda. Es cierto que a lo mejor el médico se pudiera equivocar y hacer caso al mito del que hablas pero la culebra estaba allí, en la pata de la cama.

Después de leer tu comentario he intentado encontrar casos similares por internet y son muchos los que hay. Pero es igualmente cierto que se da a entender que era un mito muy extendido, no solo por la España rural, si no por el resto del mundo.

Hay quien dice que el mito nació por el miedo que produce para una madre ver una culebra cerca de su pequeño hijo y que la conclusión que sacaron estas madres es que la culebra había venido atraída por el olor de la leche, que las culebras no tienen capacidad de succión y que su aparato digestivo no esta preparado para tomar leche (¿?). Pero también hay quien dice haberlo vivido en primera persona (como mi abuela, y siempre por lo que le contó el doctor) se habla de un caso como el de una mujer que la culebra se le quedó prendida del pecho o como los pastores y ganaderos de muchas partes de nuestra geografía dicen haber visto, en muchos casos, como culebras se paseaban erguidas por sus pastos en busca de las ubres de sus vacas.

No se, que cada uno saque sus propias conclusiones. Desde luego lo que no tengo ninguna duda es que la culebra estaba en la habitación de mi abuela, de que la niña tenía amoratada la boquita y que después de matar a la culebra se solucionó el problema. Estas fueron las palabras de mi abuela, otra cosa es el dictamen del doctor..

(Insisto, amigo Anónimo, con todos mis respetos) Agradezco tu comentario de veras, pero pienso que lo que no se debe hacer es pensar que sabemos todo de los animales y perder la capacidad de que estos nos sorprendan con alguna acción, a priori, que se escapa de la razón. No se debe subestimar a la naturaleza.

Un saludo.

Angux dijo...

Por otra parte decir que los que hemos tenido hijos y han tomado pecho sabemos que no hace falta succionar mucho para que salga la leche materna. Cuando una mujer está a punto de darle el pecho a su hijo, éste esta lleno de leche y basta una leve presión con dos dedos alrededor del pezón para que la leche fluya (y a veces ni eso)

Un saludo.

Anónimo dijo...

Gracias Angux. Por esta maravillosa entrada que ha provocado lagrimas en mis ojos. Sabes transmitir muy bien los sentimientos a la escritura. Esta sección es IMPRESCINDIBLE tanto para aquellos que seguimos la caraviñieta, como para ti mismo.

La suerte de mi vida me ha permitido compartir contigo el amor de esa gran mujer "la gordita".

Angux dijo...

Tanto tiempo siguiendo el blog (que me consta) y por fin (tenía que ser en esta entrada) te has decidido a comentar. Me alegro por ello.

Desde luego, en ese sentido, hemos sido bastante afortunados, prima.

Un abrazo.